Se cumplen dos años de la llegada del Partido Popular al gobierno. Dos años, únicamente. Es preciso recalcar lo de únicamente porque somos muchos a los que nos parece que ha trascurrido una eternidad. Dos años.
En este tiempo,
el partido conservador ha gestionado su aplastante mayoría para desmontar el
incipiente estado de bienestar que los españoles habíamos conquistado con mucho
esfuerzo. Lo ha hecho traicionando su programa electoral en el que se afirmaba
que no se iban a tocar las pensiones, ni la educación, ni la sanidad.
Se han recortado
las pensiones en su cuantía y en las condiciones de acceso, incluso para quienes
ya son pensionistas; se ha primado la enseñanza privada, para la que siempre hay
dinero, sobre la pública, cuyos presupuestos se recortan inmisericordemente; se
está privatizando la sanidad pública en beneficio de una casta que maneja
información y contactos privilegiados.
Se han recortado
de paso los derechos de los trabajadores con una Ley de Empleo que consagra la
esclavitud laboral. Se han salvado los bancos, y con ellos a los banqueros que
nos habían llevado a la ruina, con un rescato multimillonario que estamos
pagando los curritos. Todo sucede sin recato y sin pudor, con el argumento de
que el gobierno se ve obligado a tomar médicas drásticas que no le gustan,
obligado por la crisis.
Pero hete aquí
que, justo cuando se cumple el segundo año triunfal, el gobierno, de la mano
del ministro de Justicia, se ha sacado una Ley del Aborto que no era necesaria y nadie pedía, excepto
la Conferencia Episcopal y sus afines. Una ley que deroga la anterior de plazos y la
sustituye por un articulado que rezuma sadismo y falta de piedad ante quien se
ve obligada a tomar una decisión siempre difícil y dolorosa. Ya es mala suerte que el único punto del programa electoral que cumple el PP sea un ataque frontal contra las mujeres.
La nueva ley significa
un regodeo en el sufrimiento de la mujer embarazada que produce angustia sólo de leerlo. Se
ve en ella el espíritu, la letra e incluso el rostro de Rouco Varela y su
Conferencia Episcopal y en ella, lo peor de ese clero oscuro y
oscurantista que tan bien conocemos las mujeres, el que hurga en el sexo
siempre a la búsqueda de lo sucio, lo pecaminoso, el que considera a la mujer
culpable por el hecho mismo de serlo y se empecina en hacérselo purgar.
Sostiene el
ministro de Justicia que con la futura ley ninguna mujer sufrirá reproche
penal, lo cual está por ver, pero, aceptando que así sea, se ponen toda suerte
de trabas que, en la práctica, imposibilitarán la interrupción voluntaria del
embarazo; se reprocha a las mujeres querer abortar y se amenaza a los
facultativos con la cárcel, como ya ocurría con la ley de 1985.
Hoy es un día
triste para la sociedad española, que sufre un nuevo retroceso en los derechos
adquiridos, y para las mujeres, que vuelven a ser consideradas menores de edad,
sujetas a tutelaje de profesionales que podrán decidir si aborta o no, que
decidirán por ella sobre algo tan privado y personal como si quiere tener un
hijo o no tenerlo. Un retroceso innecesario y gratuito, motivado exclusivamente
en razones de índole religiosa.
Ninguna mujer
aborta por placer ni con alegría. Es una decisión siempre dura, pero una
decisión de la mujer. Ningún hombre –ni siquiera los que forman ese “comité de
sabios” que ha informado favorablemente el proyecto de ley- ha abortado nunca
ni lo hará. La ley de plazos no obliga a abortar a nadie que no lo
desee, simplemente deposita en la mujer embarazada la capacidad de decisión.
Hoy, España ha
retrocedido un cuarto de siglo. Y vuelta a empezar.
Como buen partido de la derecha rancia y meapilas, las mujeres son unas personas que aún no se han desarrollado y hay que velar por ellas.
ResponderEliminarSaludos
Me pregunto qué pensaran las mujeres del PP, especialmente las parlamentarias.
Eliminarla respuesta corta es que nos odian...
ResponderEliminarla larga la has dado tú de manera magistral, así que no puedo añadir nada... solo decirte que suscribo cada una de las palabras que has escrito...
y que lo peor no es que lleven dos años en el gobierno (que parecen mas por lo largos que se nos están haciendo...) lo peor es que (como mínimo) quedan dos años más... y visto lo visto, me da miedo lo que está aún por llegar...
pero miedo de verdad...
muchos besos y como siempre, un placer leerte...
Sí, eso es lo que producen: miedo. Un miedo que nos paraliza. Por eso pueden seguir imponiendo sus medidas y su moral.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMira Contadora, yo creo que volvemos a lo de antes, al certificado de que corre riesgo la salud de la mujer, al menos la psicológica, y el aborto en las clínicas de siempre. Creo que ni siquiera habrá que irse fuera, sólo pagarlo.
ResponderEliminarLo triste es que se recorten derechos para satisfacer a ese clero oscuro, y a conciencias que necesitan controlar hasta el más mínimo detalle de los demás, para dormir tranquilas. ¿qué puede esperarse de gente que en vez de rezar, se manifiesta en contra de la felicidad de los demás que a nadie perjudican, como fue en el caso del matrimonio homosexual? ¿Cristiano? ronaldo, porque del otro, ni la raspa.
Lo triste es que es una hipocresía, porque abortar, se seguirá abortando por la puerta de atrás, con los mismos médicos, en las mismas clínicas de antes. Pero los curas estarán contentos de que no tengan el beneplácito del gobierno.
No me gusta el aborto, nunca me ha gustado. Pero no puedo ni debo intervenir en la vida de otras personas, y soy consciente de que ni es fácil, ni alegre. Cada cual tiene su conciencia, no se puede legislar para decidir definitivamente sobre ellas
A nadie le gusta el aborto, menos aún a las mujeres que abortan.
EliminarY no volvemos a lo de antes, volvemos a una situación mucho peor, las condiciones para el riesgo psicológico son mucho más restrictivas. Eso sí, quien pueda, podrá pagarlo. Como siempre.
Lo que más duele es que no va a haber ni un solo aborto menos. Los más pudientes harán "turismo" en Londres. Los menos, en Portugal. Para los demás siempre quedará el recurso del perejil y la aguja de calceta. O las pastillas o el vaya usted a saber.
ResponderEliminarY volverán las muertes por exsanguinación, o por infecciones, o por septicemia, o por....
Y digo "LOS" conscientemente.
No habrá menos abortos pero serán más inseguros. Excepto para quienes pueden pagarse una adecuada operación de apendicitis.
Eliminar