Fue a nacer la
víspera de Inocentes en una familia convencional de posguerra. Padre obrero y
madre ama de casa, rojos ambos, del bando de los vencidos. Vino a nacer en un
barrio obrero de Barcelona: el Poble Sec. El noi del Poble Sec, Joan Manuel Serrat, el chico que acertó a recoger y poner voz a los sentimientos, afanes,
inquietudes, desalientos y sueños de una generación, cumple hoy 70 años.
Tenía todo para
encandilar. Habilidad para componer melodías que subrayaban la pulcritud de
unas letras hermosas y un físico en el que se conjugaba la apariencia de chico
desvalido y una mirada entre soñadora y pícara, inocente y socarrona. Amén de
una dosis homeopática de feromonas. Encandiló a mi generación y a las que vinieron después.
Nadie como él
supo expresar la ternura y la torpeza de los primeros amores. Palabras de amor sencillas y tiernas, que
echamos al vuelo por primera vez, apenas tuvimos tiempo de aprenderlas recién
despertábamos de la niñez. Nos bastaban esas tres frases hechas que entonaba
aquel trasnochado galán de historias de amor, sueños de poetas, a los quince
años no se saben más.
Cuando teníamos
20 años compuso un himno generacional en el que seguimos identificándonos
décadas después. Ahora que tengo veinte
años, ahora que aún tengo fuerzas, cuando mi alma no está muerta y siento hervir la sangre. Ahora que me siento capaz de cantar si otro canta, también. Hoy que aún tengo voz, y
aún puedo creer en dioses...
Quiero cantar a las piedras, a la tierra, al agua, al trigo y al camino, que voy pisando. A la noche, al cielo, a este mar tan nuestro, y al viento que por la mañana viene a besarme el rostro. Quiero alzar la voz por una tempestad, por un rayo de sol, o por el ruiseñor, que ha de cantar al atardecer.
Quiero cantar a las piedras, a la tierra, al agua, al trigo y al camino, que voy pisando. A la noche, al cielo, a este mar tan nuestro, y al viento que por la mañana viene a besarme el rostro. Quiero alzar la voz por una tempestad, por un rayo de sol, o por el ruiseñor, que ha de cantar al atardecer.
Fue y fuimos descubriendo juntos
los pequeños y los grandes secretos y verdades de la vida pero también a los
poetas olvidados: Manuel Machado, Miguel Hernández, Joan
Salvat-Papasseit, y, con ellos, a Eduardo Galeano o Luis García Montero.
Ha cantado a los
grandes principios –Para la libertad, sangro, lucho, pervivo- y a la cotidianeidad
-Llueve, detrás de los cristales llueve y llueve, sobre los chopos medio
deshojados, sobre los pardos tejados, sobre los campos llueve-; historias
terribles –la vida y la muerte bordada en la boca tenía Merceditas la del
guardarropa- y tiernas –tenía diez años y un gato peludo, funámbulo y necio que
me esperaba en los alambres del patio a la vuelta del colegio-; ha cantado a la
amistad –decir amigo es decir lejos y antes fue decir adiós, y ayer y siempre
lo tuyo nuestro y lo mío de los dos-; y al amor –porque te quiero a ti, porque te
quiero, cerré mi puerta una mañana y eché andar-; ha denunciado la hipocresía
del momento –tu madre abrirá la puerta, sonreirá y os besaréis, la niña duerme
en casa y en su reloj darán las diez- y la alegría de la fiesta –y colgaron de
un cordel de esquina a esquina un cartel y banderas de papel verdes, rojos y
amarillas- o de la paternidad – a menudo los hijos se nos parecen y así nos dan
la primera satisfacción-.
Cuando cantó Hace veinte años que tengo veinte años nos
complacimos con él: Y aún tengo fuerza y
no tengo el alma muerta y aún tengo voz y aún puedo creer en dioses. Porque
nadie como él ha sabido escribir la banda sonora de nuestra vida.
De la plenitud de Mediterráneo –soy cantor, soy embustero, me gusta el juego y el vino, tengo alma de marinero- a la amargura de las Nanas de la cebolla –en la cuna del hambre mi niño estaba, con sangre de cebolla se amamantaba-; con él hemos aprendido a convivir con los vaivenes de la existencia -De vez en cuando la vida nos besa en la boca y a colores se despliega como un atlas, nos pasea por la calles en volandas; de vez en cuando la vida nos gasta una broma y nos despertamos sin saber qué pasa, chupando un palo sentados sobre una calabaza-.
De la plenitud de Mediterráneo –soy cantor, soy embustero, me gusta el juego y el vino, tengo alma de marinero- a la amargura de las Nanas de la cebolla –en la cuna del hambre mi niño estaba, con sangre de cebolla se amamantaba-; con él hemos aprendido a convivir con los vaivenes de la existencia -De vez en cuando la vida nos besa en la boca y a colores se despliega como un atlas, nos pasea por la calles en volandas; de vez en cuando la vida nos gasta una broma y nos despertamos sin saber qué pasa, chupando un palo sentados sobre una calabaza-.
Le hemos visto
hacerse mayor mientras a nosotros nos crecían las canas; hemos sabido de sus
enfermedades mientras nosotros frecuentábamos al médico. Hemos visto crecer a
sus hijos y hemos conocido a sus nietos. Le hemos aplaudido en sus últimas
giras a sabiendas de que él y nosotros compartíamos una complicidad antigua.
Ha envejecido con dignidad y sabiduría. Hasta en ese nos sirve de referencia. Joan Manuel Serrat cumple hoy 70 años y, aunque no tengamos 20 años, todos estamos de fiesta.
sin palabras...
ResponderEliminarqué maravilla de post has colgado hoy!!!!
felicidades a Serrat (mi favorita de entre las favoritas no sé si es la de Penélope o la de Curro el palmo...)
y a ti gracias por este post!!!
besotes!!!
Con palabras. Y muy hermosas. Gracias a ti.
EliminarBesos.
Caminante, no hay camino....se hace camino al andar...y en eso también nos ha servido de referencia....beeesssoooossss
ResponderEliminarEs un compositor tan estupendo que con su música mejoró las palabras de los poetas.
EliminarUn gusto verte por aquí. Felíz año.
Que bonito homenaje ! me encanta como escribes y me encanta Serrat :)
ResponderEliminarSomos muchos los encantados con Serrat.
EliminarBienvenida de vuelta!
Me encanta, y tu también ¡felicidades a Serrat!
ResponderEliminarBesos
Muchos besos, Tita, y feliz año con tu chico y las churumbelas.
EliminarY menos mal que el "La, la la" lo acabó cantando Massiel.
ResponderEliminarCómo se ve que no eras/es sensible al feromonado masculino. Y que no has oído a Serrat cantar por Concha Piquer. Aunque Massier es otro personaje que de haber nadido en los USA estaría al nivel de Barbra Streisand
EliminarEnhorabuena por tan merecido homenaje y tan bonitas palabras. Yo, a pesar de mi edad crecí con sus canciones y aprendí la poesía de Miguel Hernández de su mano. No hay canción que no me sepa y que no haya canturreado alguna vez. Y yo ya sí que Fa vint anys que tinc vint anys
ResponderEliminar......y casi 2 jajajaja. Besos.
A estas alturas ya de casi todo fa vint anys que fa vint anys.
ResponderEliminarBesos, nena.
Hola
ResponderEliminarHe llegado a tu blog por algún sendero y me ha gustado. Me quedo aquí, yo en los sesenta acababa de nacer pero fueron años de alegría para mí, la infancia, la época más feliz de mi vida.
A Serrat lo conocí en los 70 y siempre me gustó mucho. En Argentina se lo quiere.
Interesante biografía y feliz cumpleaños para un cantante tan reconocido, talentoso y amado por muchos.
Te invito a mi blog si quieres.
lujanfraix.blogspot.com
Es la dirección de mi sitio principal porque tengo muchos pero en éste estoy siempre.
Un beso
Bienvenida, Luján, espero que te encuentres cómoda en este sitio.
ResponderEliminarAh, la infancia, como advirtió Rilke, ella es nuestra patria.
Ya sé lo querido que es Serrat en Argentina, tengo amigas de tu país con las que comparto afición.
Saludos.
Todo un señor de la canciòn .
ResponderEliminarMuchas felicidades y espero que el pròximo año te traiga todo un mundo de ilusiones hechas realidad.
un abrazo
fus
A ritmo de Serrat no me importaría comenzar el año nuevo, por lo pronto nos acercamos a su/nuestro mediterraneo.
ResponderEliminarFeliz Año Nuevo (a tod@s los que queremos de es@s que te disfrutan a diario)