sábado, 5 de marzo de 2016

Luisa Roldán, la Roldana, escultora de cámara

Sahagún es un municipio leonés atravesado por el Camino de Santiago con un rico patrimonio monumental, como puedes comprobar aquí, en el que la piedra ha sido sustituida por el ladrillo: es lo que se conoce como el románico mudéjar. Entre estos monumentos hay uno que en los últimos años ha sido totalmente restaurado: el Santuario de la Peregrina, patrona de Sahagún.

La Virgen Peregrina es una talla que, en una primera impresión, tiene aspecto de muñeca pepona. Hay que detenerse para descubrir la finura del rostro, la dulzura del Niño Jesús. En verdad, la Peregrina es una imagen de las conocidas como de vestir, en la que sobre una estructura -maniquí o candelero- se tallan únicamente las partes que no están cubiertas por la vestimenta, en este caso, manos y cabeza. A mayor abundamiento, lo que los viajeros están contemplando en este lugar es una copia del original que se conserva en el museo de las Benedictinas, en el mismo Sahagún.

¿Y a quién se debe esta talla de la escuela sevillana del siglo XVII? Pues a Luisa Ignacia Roldán Villavicencio, hija del escultor Pedro Roldán, más conocida como la Roldana, escultora ella misma, una de las primeras figuras del barroco de la segunda mitad del siglo XVII.

Luisa Roldán tuvo una vida novelesca. Se casó a los 19 años con Luis Antonio Navarro sin el consentimiento y contra la voluntad de su padre, el matrimonio tuvo siete hijos, de los que solo sobrevivieron tres, vivieron en Sevilla, luego en Cádiz y, finalmente, en Madrid, dejando a su paso un rastro de esculturas que unas le fueron reconocidas como propias y otras fueron atribuidas a su padre, hecho tantas veces repetido cuando se trata de la obra y el mérito de las mujeres.

Fue escultora de cámara por nombramiento de Carlos II en 1692. Además de la Peregrina de Sahagún, hay obras suyas repartidas por media España - Barcelona, Cádiz, Córdoba, Guadalajara, Madrid, El Escorial, Sevilla, etc- y también fuera de aquí: Londres, Los Ángeles, Toronto, Nueva York.

Eso, sólo contando las obras reconocidas. Porque nunca sabremos las que salieron de sus manos y fueron atribuidas a otros. 

2 comentarios:

  1. Recuerdo que esta mujer era una de las figuras glosadas en un libro de lecturas del colegio. Se llamaba el libro Florilegio de mujeres españolas, y la ilustración que acompañaba la biografía de la Roldana me sobrecogía un poco, debía ser yo muy pequeña, porque representaba una mujer empuñando un martillo ante una figura religiosa medio desnuda. Ella también parecía fruto de su propia obra, pues mostraba unas piernas desnudas y mostraba un aire resuelto.

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  2. Me gusta la idea de que consiguiera encargos a pesar de todo, que se saliese con la suya y fuese capaz de enfrentar todos los obstáculos.
    Besos

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