Estoy
en la cola del súper esperando que me llegue el turno cuando por megafonía una
voz reclama a la cajera para que acuda a su puesto en la caja número 2.
Mercadona es muy ordenada para estas cosas y cuando se abre una nueva caja hay que trasladarse
manteniendo el turno precedente. Siguiendo ese criterio, me toca la primera
pero veo que un señor mayor –unos diez más que yo, tampoco mucho más- se me
adelanta con la sana intención de colarse. Pero yo estoy de buen humor, en
Burgos hace un día primaveral, estamos todos bien, tengo la comida hecha, y estoy
dispuesta a dejarle pasar pero no a que crea que soy ciega así que le miro con
cara de vaya morro, majo.
Que
soy hombre y tengo prisa, dice entonces el pollo. Y ahí sí que no. ¿Cómo dice?,
le pregunto. Que soy hombre y tengo cosas que hacer, reitera con muchos humos el colón, a quien
los demás empiezan a mirar con malos ojos. Pues, mire, si es por eso, espere a
que le toque, que yo soy mujer y sí que tengo cosas más importantes que oir tonterías, le digo. El vejete da marcha atrás y
en la retirada va rezongando, si no puede ser, las das el pie y se toman la mano.
Yo sigo de buen humor y el tipo me parece un pobre hombre desinformado pero hay
principios que no conviene manosear.
Lo
único que no puede ser es reclamar privilegios sólo por el hecho de ser hombre,
machaco. ¡Mujeres!, la madre que las parió a todas, bufa el tipo. Yo de usted bajaría los humos y no seguiría por ese camino, le digo con la mejor de mis sonrisas, le recuerdo
que es una mujer quien cada mes firma su pensión…
Creo
percibir un cierto regodeo entre las mujeres de la cola mientras el hombre
ocupa su puesto con cara taciturna. Pienso en la ministra de Empleo y Seguridad
Social, responsable de las pensiones, aunque, en puridad, no las firme mensualmente y sonrío
para mis adentros: nunca hubiera creído que alguna vez utilizaría a Fátima Yáñez
como punta de lanza.
Lo que te ha pasado con un tío en el Mercadona, me suele pasar a mi muy a menudo en el mismo lugar, pero en esta ocasión con mujeres que alegan llevar un solo producto creyendo tener patente de corso para colarse, bien es cierto que, depende del humor que tenga o de como ese día me haya levantado, la mujer tendrá suerte o no de poder colarse, si no la dejo, la mirada atravesá está asegurada, es igual bastante tengo yo con el día.
ResponderEliminarEn cuanto a lo de la Fátima, mejor me callo, personas como esa desprestigian a la mujer y a los políticos.
Emilio: no es que tratara de colarse lo que importaba sino que lo hiciera con el argumento de que es hombre. Esa era una excusa muy común hace años: estabas en una tienda, entraba un hombre y automáticamente se le atendía a él porque se suponía que su tiempo era más valioso que el de las mujeres. Creía que esa era una historia pasada pero la actitud de mi viejillo me demostró que algunos hombres no se han enterado de por donde va el presente. Lo que quise decirle era que a otro perro con ese hueso. Y lo que nunca pensé es que iba a utilizar para ello a una ministra de la que no tengo una opinión muy positiva. Pero creo que ella se desprestigia a sí misma y si acaso a su partido que la encumbró y la sostiene y al presidente que la da carrete.
EliminarUn saludo.
Cuando un detalle sin importancia se vuelve una falta de educación, ¡pues no!, tampoco doy mi brazo a torcer. No sé que ocurre últimamente pero vamos por la vida con prepotencia, ¿dónde están las gracias? el saludo, o la simple sonrisa...
ResponderEliminarGente maleducada ha habido siempre y seguramente siempre habrá pero que encima me venga con la historia de que es hombre. Amos, anda.
EliminarUn gusto verte por aqui.
a mí la última vez que intentaron colarseme en el mercadona (donde, por cierto, ya he propuesto que en vez de decir: "pueden pasar por orden de cola"; digan: "preparados, listos, ya" que para el caso es más realista...) un señor muy educado me llamó golfa por indicarle educadamente que en la cola iba detrás de mí y de otra señora...
ResponderEliminarque pena no haberte leído entonces!! que bien me habría venido tu salida!!!
yo me limité a mirarle divertida (a él y al cajero que no sabía donde meterse) y a pasar delante... claro... que en el fondo es lo que les jode (perdón... lo que les molesta, no?)
que me ha encantado leerte!!!
y ver que eres de las mías... de las de cuélate si quieres, pero que sepas que tonta no soy... lo único es que soy más educada... que ya está bien de que nos tomen por tontas...
besotes!!!
Yo, como ahora tengo más tiempo y además soy mirona por naturaleza, no pongo mucho inconveniente si alguien me pide pasar porque tiene prisa. Lo que me pareció mal es que quisiera hacerlo con el argumento de que es hombre, o sea, el rey de la creación. Y ahí sí que no. Como se puso chulín, traté de bajarle los humos. No he añadido en el post, por no alargarme, que al retirarse le oí decir: Hay que joderse. No sabe usted cuánto, le respondí. Y se quedó ojiplático porque yo, que, en opinión de mi madre, soy bastante "malhablada", doy el tipo de señora formal.
EliminarMe pone darle en la cocorota a estos machitos, no lo puedo remediar.
Un beso, guapa.
jajajajajajajaja ¡lo que más le jodió, seguro, es encontrarse con una chica lista! ¡eso sí debió romperle los esquemas de su época!
ResponderEliminarMe acaba de pasar lo mismo, y en un establecimiento de la misma marca.
ResponderEliminarEn mi caso se ha tratado de una chica joven con el argumento de "Si tu no tienes ná que hacer".
Por otra parte, la pensión de los funcionarios, la firma el mismísimo Montoro en persona. ¡Ya ves!
Me parece igual de mal, sea chica o chico, que reclamen privilegios de género. En su disculpe te diré que das pinta de indiano y habrá pensado que lo tuyo es para distraer el ocio.
EliminarEn cuanto a Montoro, no sé qué decirte que es peor si el tuyo o la mía. Estamos aviados.
Por cierto. No sé qué es lo que más me ha fastidiado, que se cuele o que me tutee.
ResponderEliminarSi fuera yo, el tuteo, sin duda.
Eliminar