La
historia de España aconseja observar con cuidado los resultados de
las elecciones municipales: las de 1931 le costaron el trono a
Alfonso XIII. Desde la periferia del poder los comicios del domingo
24 de mayo se anunciaban como un cambio de modelo y de sistema y
desde el poder se habían tocado los clarines del miedo. Los
resultados vienen a ser la media aritmética entre los temores de
unos y las ilusiones de otros.
El
partido del gobierno ha sufrido un castigo contundente pero sigue
siendo el partido más votado en el ámbito nacional, como si la
corrupción que atraviesa toda su historia fuera fácilmente
perdonable. El PSOE pierde peso electoral pero sigue liderando la
izquierda. Entre los emergentes, Podemos rentabiliza sus alianzas
electorales y logra presencia en ciudades como Madrid y Barcelona
pero sigue inédito en lo que se refiere a candidaturas propias.
Ciudadanos consigue una aparición fulgurante pero lejos de la
presencia estelar que anunciaban.
Con
todo, los cambios son muchos y, en algunos lugares, profundos. Y,
como nota significativa, muchos de ellos protagonizados por mujeres.
En Madrid, se ha producido una suerte de justicia poética: Esperanza
Aguirre, que ha protagonizado una campaña electoral en su conocido
talante faltón, no ha conseguido la alcaldía, ni siquiera si
obtuviera el apoyo de Ciudadanos. Cristina Cifuentes, candidata in
extremis a la Comunidad de Madrid, ninguneada por Aguirre, ha
obtenido en la capital más votos que la aspirante a alcaldesa. En
Valencia también ha caído Rita Barberá, envuelta en unos excesos a
costa del presupuesto municipal y en la corrupción generalizada del
PP valenciano. En Cádiz, Teófila Martínez, salpicada por el
affaire Rato, perderá la alcaldía si pactan el resto de los
partidos. Y en Castilla-La Mancha, Dolores Cospedal ha quedado
pillada en su propio cepo: modificó el reparto de escaños
autonómicos para garantizarse la permanencia y este recorte le ha
privado de encontrar posibles aliados. A todas ellas la corrupción
les ha pasado factura. A Rosa Díez, que no se presentaba a las
elecciones, los pésimos resultados también le han pesado y
ya ha anunciado que pasa a la reserva. Un auténtico cataclismo.
Relacionado
también con las mujeres, hay otro nombre al que las urnas han
vapuleado: Francisco Javier León de la Riva, cuyo principal mérito
era haber sido el ginecólogo de Ana Botella cuando José María
Aznar gobernaba en Castilla y León, pero que ha hecho de la
misoginia su seña de identidad, no ha logrado revalidar la mayoría
absoluta que le ha mantenido más de veinte años insultando
impunemente a las mujeres desde la alcaldía de Valladolid, con la
sonrisa complacida de sus pares en el partido y el silencio de las
mujeres del PP.
En
el otro extremo, los votos han aupado al estrellato a las mujeres:
Ada Colau, será, previsiblemente, la primera alcaldesa de Barcelona;
en Madrid, Manuela Carmena lo será con el apoyo del grupo
socialista. Y en la Comunidad Valenciana las urnas han venido a hacer
justicia a una mujer entregada: durante años, Mónica Oltra ha
denunciado la pétrea corrupción del PP de aquellas tierras, casi
siempre en una soledad inmisericorde. Ahora, su partido, Compromis,
se ha convertido en la llave del gobierno de la Comunidad y del
ayuntamiento de la capital valenciana.
Ada,
Manuela y Mónica representan las esperanzas de un cambio, de una
forma distinta de hacer política y de unas políticas diferentes
dirigidas a la gestión de los asuntos públicos en beneficio de los
ciudadanos y no de los bancos, de las personas y no del dinero, de
todos y no sólo de los privilegiados. Que haya suerte.
Tres mujeres que se encuentran en las antípodas de esas otras que salen, para ellas mis mejores deseos.
ResponderEliminarUn abrazo
te leo y no puedo evitar sonreír... porque hace un rato hablaba de algo parecido con mi hermana... ella me decía que está contenta porque son mujeres (precisamente las tres que nombras al final de tu post) las que han ganado... las que podrían traernos el cambio... yo le he hecho notar que antes también había mujeres, pero, es distinto... verdad?... no sé como explicarlo, pero parece que las tres de las que hablamos, han llegado solas, no las "han puesto"... no sé si me estoy explicando...
ResponderEliminarque me ha encantado tu post...
y aunque no entiendo que no se haya penalizado más la corrupción y demás desmanes que han habido por estos lares y por toda españa, la verdad es que llevo sonriendo desde el domingo por la noche... ya ves tú que tontería, y lo contenta que estoy de que cambien las cosas...
besotes!!! y como siempre, un placer pasar a leerte!!