Que no, Andrea Levy, que salir hoy a dar la cara sobre si la fianza que el juez de la Audiencia Nacional ha impuesto al PP por el manejo de la caja B es una sanción, una multa o un aval no es competencia de la vicesecretaria de Estudios y Programas. Lo de hoy era una reto para gente con cuajo, para el responsable, no para un mandao, mandada en tu caso.
Si en vez de tener treinta y pocos años como tú tienes -y las perspectivas enteritas de hacer una carrera política modelo Soraya- tuvieras sesenta y tantos y disfrutarás de una jubilación ganada a pulso, te hubieras plantado ante el jefe y le hubieras dicho, sin perder esa sonrisa de escualo que se os pone a veces, Mariano, este pollo es tuyo y te lo comes tú.
Pero eres joven y ambiciosa, cualidades de desigual textura, como ya irás aprendiendo, y te ha tocado salir a repartir ruedas de molino entre la prensa que, loado sea Alá, ha desarrollado buenas tragaderas y a estas alturas os compra cualquier mensaje. Has compuesto el gesto de chica lista y has aplicado el principio de que no hay mejor defensa que un buen ataque. Así que has esbozado la teoría de que todo es falso menos unos hilillos de plastilina y enseguida has pasado al fondo de la cuestión, esto es, ojocuidao con Venezuela y, peor aún, con Pedro Sánchez.
Dicen que los jóvenes del PP estáis hartos de tanto pringue que han dejado los mayores por los rincones de Génova, 13. Que queréis limpiar el local para que no os salpique. No te digo yo que no, pero hay una cosa más verdad que tu juventud, tan tierna, y tus ambiciones, tan lícitas. Los ciudadanos, por muy atontados que parezcamos, nos merecemos un respeto. Nos merecemos que alguien se haga responsable de tanta corrupción y tanto mamoneo en el PP. Nos merecemos que alguien salga y diga: yo soy el responsable y aquí tienen ustedes mi dimisión. Como ya voy siendo muy mayor, creo firmemente que, para que la derecha pudiera ser creíble, el Partido Popular debería disolverse y fundarse de nuevo, con gente decente, que estoy segura que la hay. Lo que no nos merecemos es que nos insulten a la cara. Creo que no, Andrea, nena.
Dicen las encuestas que tenéis las elecciones a pedir de boca y a lo mejor dicen verdad pero una cosa te digo. No sé cómo será el cargo con el que sueñas, no sé qué te habrán prometido hoy para que salgas a la palestra con esos bríos dispuesta a comerte el pollo en público, pero acuérdate de lo que te digo: te va a costar mucho hacer la digestión.
Pasaba por Pilare, te he visto ofreciendo el pollo a la Andrea y me ha esperado a ver el desenlace según tu criterio. Estoy de acuerdo con tu análisis salvo en que a pesar de eso, ni Andrea ni Pablo Casado ni Maroto ni el de la moto, con ser jóvenes, listos y modernos los considero inocentes. Se están prestando a representar un papel que huele a podrido por los cuatro costado. Un saludo
ResponderEliminarNo solo se comen un pollo, se están comiendo demasiados, el de la corrupción y cajas B, las mentiras de su presidente y las cartas que envía a Europa, son demasiados pollos y no parece que están ahitos, si fueran honestos se apartarían. Mientras estos ponen su juventud y su cara bonita, la ciudadanía que debería de pasar de estos trucos sigue dado su voto a este partido deshonesto, que tragaderas tenemos. Saludos
ResponderEliminaryo que quieres que te diga... sólo por ser del pp, ya me parecen sospechosos... todos...
ResponderEliminarhasta los que les votan pese a todo...
besotes!!!
Bravo, bravo!!!
ResponderEliminarY lo mejor es que es perfectamente consciente de lo rematadamente mal que lo ha hecho en este remedo de Cospedal en diferido. Que le cueste digerir, que le cueste, aunque fijáte que creo que le va a salir mal la jugada, si el PP se regenera alguan vez, no contarán con ella.
Un beso