En memoria agradecida de María Telo
María Telo Núñez era ya una mujer mayor cuando la conocí, a principios
de los años noventa. Pero estaba tan dispuesta a ayudar en cualquier propuesta
que se le hacía, tan abierta a colaborar con mujeres más jóvenes, era tan
inteligente en sus propuestas, tan ágil en encontrar fórmulas adecuadas y útiles
para avanzar en la igualdad que se te olvidaba que estabas ante una de las abogadas
más destacadas de la posguerra, ante la que las mujeres siempre estaremos en
deuda.
Había nacido en Cáceres en 1915 y había comenzado Derecho en la
Universidad de Salamanca y, a falta de dos asignaturas para licenciarse, la
guerra civil interrumpió sus estudios que, finalmente, acabaría en 1940. La dictadura
le impidió convertirse en notaria, como era su propósito, pero fue la primera
mujer en acceder por oposición al Cuerpo Técnico de Administración Civil del
Ministerio de Agricultura y la primera en ser jefa de servicio. Se colegió en
1952 y se estableció como abogada especializándose en asuntos de familia. En 1956
ingresó en la Federación Internacional de Mujeres Juristas, donde ocupó un
puesto de consejera entre 1964 y 1997 y la vicepresidencia en la década de los
setenta y los ochenta.
Comprometida en la mejora del estatus jurídico y social de las mujeres
y en la modernización del Derecho de Familia, tuvo una intervención destacada
en las reformas del Código Civil de 1975 y 1981 que devolvieron a las mujeres
parte de los derechos de ciudadanía que la dictadura les había hurtado. La ley “De
la situación jurídica de la mujer casa y los derechos y deberes de los cónyuges”,
de 1975, suprimió la licencia marital y la obediencia al marido. En 1981, la
ley sobre “Filiación, patria potestad y régimen económico del matrimonio” establecía
la patria potestad conjunta, la igualdad jurídica de todos los hijos y la igualdad
de los cónyuges en la administración de los bienes gananciales; finalmente, la
Ley sobre “Matrimonio civil, separación, nulidad y divorcio” regulaba el
divorcio.
En los años noventa, la Federación de Mujeres Progresistas diseñó un plan
de actuación que condujera a un nuevo contrato social para que mujeres y
hombres pudiéramos compartir las responsabilidades familiares, el trabajo y el poder. Se reclamó
entonces la colaboración de feministas y profesionales con experiencia en las
materias que habría que adecuar. María Telo prestó su contribución y su
respaldo a aquella iniciativa con entusiasmo e inteligencia en las cuestiones
referidas al ámbito jurídico. En realidad, nunca se desvinculó de la defensa de
los derechos de ciudadanía de las mujeres.
Poseía numerosas condecoraciones y premios por su actividad profesional
pero nunca perdió la sencillez que es propia de las personas realmente
valiosas.
María Telo Nuñez murió el pasado día 5. Las mujeres españolas que
nacimos en la posguerra, aquellas que adquiríamos la mayoría de edad dos años
después que los hombres, las que no podíamos abrir una cuenta bancaria, ni
obtener pasaporte, ni viajar sin autorización del marido, las mujeres que
carecíamos de derechos de ciudadanía hasta que mujeres como María Telo lograron cambiar la ley, hemos perdido a alguien que nos hizo la
vida más digna. La sociedad española ha perdido a una de sus grandes. Alguien debería
darse por aludido.
Mujeres como ella son responsables de dónde hemos llegado, otras en cambio pasarán a la historia por llevarnos de nuevo "a casa".
ResponderEliminarY mientras hay quien asegura que el feminismo no es necesario, ¿estamos tod@s loc@s?
Un beso
Una total desconocida en Cáceres.
ResponderEliminarEspero que, desde el Ateneo, hagamos algo por dar a conocer su personalidad.