Mini huerto ecológico en la terraza de la Casa Encendida
Desde hace años, los amigos hemos tomado la costumbre de reunirnos en la
jornada de reflexión. Para charlar y hacer unas risas.
Anoche nos juntamos en casa de Ana, que es la anfitriona perfecta. Nos había
advertido que iban a unirse a nosotros una pareja a la que no conocíamos pero
que nos iba a gustar.
Efectivamente, los nuevos muy bien podrían ser personajes de la última
novela de Almudena Grandes Inés de la alegría.
Ella, militante del partido comunista desde muy joven, nos emocionó relatando
las veces que pasó clandestinamente la frontera con el ciclostil de MundoObrero bajo la ropa fingiendo un embarazo inexistente. O las penurias de su
niñez, con el padre en la cárcel por comunista y la madre obligada a sacar
adelante una prole de ocho hijos. Es una mujer animosa y corajuda, que acaba de
superar un cáncer de mama, y que se esfuerza en inculcar a sus nietos los
principios de una sociedad solidaria.
Él, uno de los impulsores de la denuncia que dio lugar al auto dictado
por el juez Garzón sobre los enterrados en fosas comunes y la memoria
histórica.
La velada se alargó hasta las tantas hablando de lo divino y de lo humano:
de literatura, de moda, de arte, de cotilleos varios... Algunos de los amigos
habían visto la exposición de la Casa Encendida La Caballería Roja, sobre la
Rusia soviética. Quedamos en verla hoy y allí hemos ido.
Rincón de la terraza de la Casa Encendida con el Circo Price al fondo
La Casa Encendida, de la Fundación Cultural Caja Madrid, ofrece una
programación de cursos amplia e interesante a precios muy asequibles, para
jóvenes y para mayores y una programación de actividades que no olvida a los
más pequeños. Las actuaciones y las exposiciones no se quedan a la zaga. No en
vano su director, José Guirao, lo fue antes del Museo Reina Sofía, sabe lo que se trae entre
manos.
La Caballería Roja es una muestra apabullante que consigue arrastrarte a
aquellos años convulsos que van desde la revolución bolchevique al final de la
segunda guerra mundial. Con un abundante muestrario de carteles, óleos,
publicaciones, esculturas, filmaciones, grabaciones que incluyen manuscritos de
los escritores más conocidos o proyecciones de cineastas como Eiseinstein. Todo
ello apoyado con explicaciones que sitúan las obras en su contexto.
En un momento de la visita, escuchamos la voz de la grabación que emite
un televisor de una sala próxima. El idioma nos es desconocido pero la “música”
del discurso es perfectamente comprensible. Habla Stalin pero bien podría ser
Hitler o cualquier otro, todos los dictadores hablan el mismo idioma. Palabras grandilocuentes,
apelaciones a los sagrados intereses de la patria.
En la sala donde proyectan Ivan el Terrible en versión original nos
quedamos pegados a la pantalla, tal es la fuerza de las imágenes.
Pasamos por una sala donde encontramos un ajedrez donde las fichas
capitalistas se oponen a las comunistas y llegamos a otra en la que cuelgan
obras de Kandisnki, Rodchenko y Maiakovski, entre otros, mientras suena la
Internacional en lengua rusa. Es un momento especial.
Recuerdo a nuestra nueva amiga jugándose la vida al cruzar la frontera
con sus revistas comunistas y me imagino que se sentirá traicionada al ver la
muestra. ¡Tanto sacrificio dilapidado por esos déspotas!
A última hora del día nos sentamos frente al televisor para ver la
película Buenas noches y buena suerte, dirigida por George Clooney, en la que
se relata la confrontación entre el periodista Edward Murrow y el senador MacCarthy,
obsesionado con la presencia de comunistas en la sociedad americana;
ciertamente, un momento penoso de la historia americana.
En suma, nos hemos introducido una dosis de elefante en vena. Ya estamos
listos para la jornada electoral.
Qué nivel de velada!!
ResponderEliminar¿Ya votaste? No sé en tu colegio, en el nuestro muy poco jaleo.
Me pregunto que tipo de pais somos cuando un poco de nublado y dudosa lluvia deciden nuestro futuro...
Si ahora te equivocas de papeleta....me acordé de vosotr@s, y creo que voy a inagurarmi propia tradición, el olor de los fogones de mi santo, es buen reclamo.
ResponderEliminarbesos
Tita: he votado a primera hora de la mañana y había la misma gente que otras veces, más o menos.
ResponderEliminarPilar: me encanta seguir según qué tradiciones -hacer los buñuelos, las torrijas- e inaugurar otras nuevas.