Los niños apuntan lo que serán de mayores. A mí me ha interesado la
política desde que me salieron los dientes. Con decir que uno de mis primeros retos “intelectuales”
fue descubrir quién era el tipo al que mi abuela llamaba “Degol” y en el
periódico aparecía como “De Gaulle”.
Creo que he pasado más tiempo hablando de política que haciendo cualquier
otra cosa de las muchas tareas con las que disfruto. Especialmente en la
primera mitad de mi vida, cuando la política era tabú. Desde que tengo criterio
propio he sido de izquierda. Y así sigo. Cada día más convencida en que si este
mundo tiene arreglo éste ha de venir desde un mejor reparto de la riqueza.
Como resulta evidente, la realidad está empeñada en llevarme la
contraria. Desde que los ultraliberales llegaron al poder, primero con Margaret
Thatcher y luego con Ronald Reagan, el mundo se ha hecho paulatinamente más
injusto. La economía especulativa ha sustituido a la economía productiva.
No hay dinero para investigar sobre las enfermedades que matan a miles de
niños en los países no desarrollados pero cada día circulan 4 billones de
dólares sólo en los mercados de compra/venta de valores y 700 billones en los
mercados de derivados. Pura especulación.
Los banqueros, los especuladores son quienes dictan las normas de
funcionamiento de cada país y los políticos se pliegan como corderitos. Los políticos
de izquierda y los de derecha, sin diferencia. En Grecia han desalojado a un
primer ministro socialista. En Italia le han quitado la silla a un tipo
pintoresco, un salido que iba a lo suyo.
Los han desalojado sin miramientos. Hazte a un lado que voy a poner a uno
de los nuestros. Más vale hacerlo que mandarlo, han debido de pensar.
En resumen, contenta me tienen. Estoy que bufo con Zapatero, que se
atrevió con los funcionarios y nos bajó el sueldo pero no tocó un euro de los
más ricos. Estoy que trino con los de
IU, que mucho bla, bla, pero en cuanto reúnen cuatro votos se dan de morros con
el PP. No me gusta la opción de Rosa Díez, por cosas mías. Y el PP, pues como
que no.
Eso, a tres días de las elecciones. Es la primera vez que me pasa. Porque
yo soy de las que votan. Como Ángeles Caso ha escrito hoy, votaré. Claro que
votaré. Por muchas razones. Porque durante muchos años no pudimos hacerlo. Porque
muchos no pueden hacerlo aún hoy. Porque aprendí con Aristóteles que el hombre
es un animal político, social y creo que la política es lo que nos dignifica
socialmente.
Porque alguna vez, y espero verlo, cambiará la tendencia y los políticos
asumirán con dignidad su tarea, harán leyes justas, se encargarán de que sean
cumplidas y el mundo será un poco más acogedor.
Ya sé, ya sé que todo eso parece una utopía, especialmente en un día como
el de hoy, cuando los mercados, que es la forma convencional con la que
nombramos a los especuladores, nos han dado un sopapo en los mismos morros,
para que sepamos a qué atenernos.
Voy a votar izquierda, eso seguro. Voy a votar para poder protestar un
minuto después de que den el resultado. Voy a votar porque siempre he creído
que para reclamar los derechos hay que conocer primero los deberes. Y votar es,
a mi manera de ver, un deber de ciudadanía. Y un derecho. El derecho que nos
hemos ganado a pulso.
No me hables hoy de derechos de ciudadanía que me duele mucho...
ResponderEliminarY sí, somos animales políticos o de granja camino del matadero, y se aún se puede elegir, me pido lo primero.
Besos
Puestos a que nos den por culo, prefiero que lo hagan los del Psoe. Yo sí que lo tengo más claro (será que no soy funcionaria ;)
ResponderEliminarMe acaban de recordar que hoy hace 78 años que las mujeres españolas votamos por primera vez. Un motivo más para acudir mañana a las urnas
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