¿Y ahora qué?, me preguntaban días atrás, refiriéndose al desenlace de las protestas en el barrio
burgalés de Gamonal. Esa es la pregunta que todos nos hacemos. ¿Cuál es el paso
siguiente? ¿Qué margen de maniobra queda al Ayuntamiento y a los vecinos tras
su enfrentamiento?
Gestionar un
triunfo es tan difícil como gestionar un fracaso. El alcalde -y por extensión
su equipo más directo- ha salido mal parado de esta crisis. Como poco, ha
demostrado escasa capacidad política y una más escasa aún capacidad de
intervención en la vida de la ciudad. Tendrá que explicar, además, qué razones
le llevaron a rechazar la suspensión del proyecto en el pleno el viernes por la
mañana y aceptarlo por la tarde. Debería aclarar también quien le asesoró en el
proyecto de Gamonal, por qué se negó a escuchar a la Coordinadora anti Bulevar,
cuando escuchar es de las pocas actuaciones gratis de la actividad municipal. Sus
acciones cotizan a la baja en la bolsa de futuros. Los mensajes que le ha
dirigido el primer periódico local indican con claridad que se le considera
amortizado.
La victoria ha
caído del lado de los vecinos. Una victoria complicada porque con ella –aparte de
la satisfacción moral- no se ha resuelto ninguno de los muchos problemas del
barrio. Los portavoces de la protesta han tratado en todo momento de evitar
cualquier actuación violenta; son personas curtidas en el movimiento vecinal,
en el asociacionismo. Manolo Alonso, Ana Moreno y todos cuantos llevan
liderando las reivindicaciones del barrio saben lo difícil que es gestionar el
movimiento asambleario, lo fácil que resulta llevarlo a un callejón sin salida.
El alcalde de Burgos ha resultado un incompetente pero se sometió a un proceso
electoral y fue elegido por una mayoría de ciudadanos. A estas alturas ya habrá
aprendido –cabe esperar- que la mayoría electoral no confiere infalibilidad,
pero el hecho de que la reclamación de los vecinos fuera justa no les da a
ellos derecho a dirigir la vida municipal, que tiene otros cauces.
En España hemos
vivido en los dos últimos años un proceso de pérdida de derechos que nos ha
devuelto al punto en que nos encontrábamos hace tres décadas. Las asociaciones
vecinales tuvieron entonces un protagonismo indiscutido. La transición
desmanteló el movimiento vecinal, sus dirigentes, personas bien formadas y
bregadas en la actividad política, fueron trasvasados a las candidaturas de los
partidos políticos; ahora hay que hacer el trabajo a la inversa, potenciar a
las asociaciones para que éstas puedan depurar a los partidos políticos.
España se ha
dotado de una Constitución de la que se deriva una organización política a
través de partidos políticos y de otras organizaciones sociales. Los partidos
no han estado muy finos últimamente, se han corrompido hasta el punto de perder
el respeto de quienes deben elegirlos. Hay que exigir a los políticos
dedicación, limpieza en la gestión, preparación profesional e intelectual, respeto
al electorado, honestidad personal y pública. Pero en tanto no arbitremos otro
sistema, ellos son quienes nos representan.
Otra conclusión
que ha quedado meridianamente clara en este conflicto es que la justicia no es
la misma para todos. De acuerdo con las estimaciones del propio Ayuntamiento,
los daños causados por la violencia incontrolada suman 60.000 euros. Por esta
causa han sido detenidas y previsiblemente serán encausadas 40 personas, de las
que media docena han tenido que pagar una fianza de 3.000 euros para obtener la
libertad. En los mismos días, los principales juristas del país y la Fiscalía
del Estado se afanan en demostrar que es jurídicamente irrelevante el que Cristina
de Borbón y Grecia, hija del jefe del Estado, pueda haber cometido un fraude
fiscal cuyo importe duplica el valor de los daños ocasionados en Gamonal.
Queda otra
cuestión pendiente. La animadversión de los vecinos contra el empresario Méndez
Pozo. En estos días ha salido a relucir un memorial de agravios contra el
empresario de la construcción y de los medios de comunicación que se arrastra
desde hace treinta años. También unas formas de actuar caciquiles suyas y de
los políticos locales, provinciales y autonómicos que nos devuelven al siglo
XIX. Nadie, excepto el director de Diario de Burgos, que es empleado suyo, ha
salido a defenderlo. Nadie, ni en el ámbito político ni en el empresarial ni en
el cultural, sectores que Méndez cultiva, ha salido a exculparlo, a justificar
su actividad. Nadie ha dicho: están siendo injustos con un hombre decente.
Todos han evitado incluso mencionar su nombre. Esta es otra de las lecciones de
este conflicto. Se puede ser cacique y rico, muy rico incluso, e influyente,
muy influyente. Se puede gobernar en la sombra, amasar una fortuna y dejar a la
prole la vida resuelta, pero es difícil ser respetable y respetado. La decencia
es materia de otro negociado, propia de las personas de bien. Aunque en
ocasiones pueda parecer lo contrario, el respeto está reservado a las personas
decentes.
Y es tan raro encontrar personas decentes entre según qué elites.
ResponderEliminarAhora viene lo dificil, al fin y al cabo derrumbar es mucho más sencillo que edificar. Gamonal se juega mucho, quizá nuestra esperanza.
Besos
Se juegan, sobre todo, la suya.
ResponderEliminarBesos y cuídate.
Teniendo en cuenta que ha sido una victoria de un pueblo unido, ya se encargarán, los políticos y sus medios de comunicación afines, de ensuciar todo lo que de bueno tiene el hecho de que la sociedad adormecida se haya despertado y de que estos actos no se extiendan por el país.
ResponderEliminarSaludos
Es tarea de todos mantener abierta esa vía a la esperanza.
EliminarROJOS, KOMUNISTAS, SIENRPE RONPIENDO KOSAS Y DSTROZANDO EL MOVILIARIO HURVANO MIRA Y LOS ERES K???????????????? EL PRESIDENTE RAJOI A SIDO ELEJIDO DEMOCRATICAMENTE X TODOS LOS HESPAÑOLES Y EL K NO SEPA BER ESO ES 1 ENEMIJO D LA PATRIA Y MIENVRO D UN GRUPO TERRORISTA ITINERANTE BIBA MARIANO RAJOI BIBAESPAÑA
ResponderEliminarHarriva Hazaña!
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