miércoles, 16 de septiembre de 2015

Mujeres jóvenes


Te desperezas en la cama mientras piensas en la agenda del día cuando en la radio Pepa Bueno conecta con Elena Valenciano, presidenta de la subcomisión de Derechos Humanos del Europarlamento, que acaba de recorrer los campamentos donde se agolpan los refugiados que quieren entrar en Europa.

Valenciano tiene una voz joven y potente que sabe modular bien para lanzar sus discursos. Empieza relatando lo que ha visto, montones de zapatos de niños, y pone ante los ojos de los oyentes las dramáticas imágenes que ha captado en su viaje: el drama humano de miles de personas empujados a abandonar su casa, su familia, su país y abandonados a su suerte en tierra de nadie a las puertas de lo creen el paraíso.

Elena está enfadada. Se siente impotente, dice, ante tanta desolación. Y dirige su crítica a la Unión Europea y a los países miembros, empeñados en encerrarse en el castillo, ciegos ante la crisis humanitaria que ocurre delante de nuestras narices, que nos están televisando en directo. Lo primero es salvar vidas y luego vendrán las soluciones, reclama.

Te ha espabilado de golpe. Pero el discurso te reconcilia con la política, que está para eso, para denunciar lo que ocurre y para buscar soluciones, para cambiar lo que está mal, para hacer más confortable la vida de los ciudadanos, para encauzar la solidaridad, para crear una sociedad consciente, justa y fuerte.

Las palabras de Elena te activan la memoria. Te llevan a los primeros años 90 y al piso de Almagro 28 cuyas dependencias se repartían las asociaciones de mujeres. Elena presidía entonces la Asociación Mujeres Jóvenes, luego Fundación Mujeres, que desarrollaba programas de incorporación al mercado laboral de las jóvenes. Nani D'aolio presidía Mujer y Sociedad, en la que Mercedes Roig era una autoridad, dedicadas a la integración de las mujeres inmigrantes. Ambas organizaciones se movían en el área del socialismo, pero había muchas más, recuerdas Mujeres Juristas Themis.

Valenciano y Purificación Causapié se pasaban la vida en la asociación. Horas y horas. Otro tanto ocurría en Mujer y Sociedad y en el resto de entidades. Horas para buscar financiación y horas para justificar los gastos hasta el último céntimo y no tener que devolver un dinero que, por lo común, se había gastado antes de cobrarlo. Horas buscando soluciones para quienes acudían en busca de ayuda.

Ha pasado un cuarto de siglo. La inmigración, que entonces era un fenómeno incipiente, hoy retorna a sus países de origen, obligada por la falta de trabajo y la merma de programas sociales. Nani se fue hace definitivamente ya una década.

Elena y Puri, entonces treintañeras, tenían toda la energía, el arrojo, la osadía y un punto de suficiencia de la juventud. Ambas empezaron a destacar muy pronto en la política. Causapié fue directora General del IMSERSO y ahora es portavoz en el Ayuntamiento de Madrid. Valenciano ha sido casi de todo en el PSOE. Ahora, desde Bruselas, levanta la voz en defensa de los refugiados.

Nada es casual. Seguramente ellas, y otras y otros, han perdido demasiado tiempo en intrigas de partido, en soslayar ataques personales, pero la voz de Elena Valenciano viene a refrescarte los recuerdos, de cuando las veías arremangarse cada día para trabajar por las mujeres jóvenes y por el feminismo, mirando a “las mayores” que se amontonaban en aquel piso con un punto de suficiencia.

Vais a ver, parecían decir. Y ahí están. 

4 comentarios:

  1. Aún le queda en España a la mujer mucho por andar, por desgracia la mujer tiene, en algunas de ellas, al enemigo en casa.

    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sin duda que algunas mujeres operan contra sus propios intereses pero el mayor enemigo es el machismo de los hombres y su resistencia a la igualdad, de eso tampoco me cabe duda.

      Eliminar
  2. Cuando echo la vista atrás me doy cuenta de que la generación que las y nos ha sustituido no tiene nada que ver con aquella. Buena y oportuna reflexión.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mí me preocupa que algunas mujeres jóvenes crean que ya no es necesario el feminismo.
      Un abrazo.

      Eliminar

Lo que tú digas