Julio Anguita es un animal político, un profeta de la cosa pública.
Empezó su actividad en la vida política en la alcaldía de Córdoba. Le recuerdo de aquella época.
Llegó a Aranda en 1984 a recibir el premio Polluelo, que entregaba
la Asociación Antonio Machado, y volvió un año después a
entregárselo a Enrique Tierno Galván. Ya entonces tenía propensión
a hablar en titulares pero trató a la periodista de provincias como
si fuera la presentadora del telediario: con atención y respeto. Declaró entonces que
apostaba “por la alegría y por la vida, que es lo más
revolucionario”. Luego, moderé una conferencia que pronunció en
la Facultad de Derecho de Burgos, entonces ya diputado por Izquierda
Unida. Siempre le he oído el mismo discurso, el de la revolución pendiente.
Ahora
se presenta un libro, resultado de las conversaciones mantenidas con
Juan Andrade: Atraco a la memoria. El acto es en una de las salas
pequeñas del Círculo de Bellas Artes, que se llena con poco más de un centenar
de personas. Llega acompañado de Alberto Garzón, el nuevo y joven
líder de IU.
En la presentación, dicen de él que es un referente en la izquierda, más venerado que seguido. Andrade enumera las líneas de la concepción política de Anguita: la utopía como seña de identidad de la izquierda; el programa como elemento central de cambio; el comunismo como identidad fuerte e inclusiva con otras entidades; la comunicación política como forma de pedagogía; la valentía y el arrojo: aspiración a reunir el máximo de adhesiones pero no tener miedo a quedar en minoría.
Anguita
asegura que esta es una noche especial, de rendir cuentas y de
proponer para hoy con la mirada en el ayer. Enseguida entra en
materia. Sostiene que vivimos un momento político gravísimo, que
hay que hablar menos de la segunda república y empezar a ver cómo
va a ser la tercera y que el comunismo sigue vivo pero los partidos
comunistas, no.
Analiza
luego lo que está pasando que, asegura, tiene su raíz en la década
prodigiosa -los ochenta-, cuando “España sufrió abducción”.
Como es habitual en él, echa pestes de Maastricht y desliza la
sospecha de que el PSOE es culpable de la mitad de los males que
padece la izquierda. La otra mitad es culpa del grupo Prisa. Ya no nos
sirven ni los partidos ni las organizaciones del pasado, necesitamos
formas nuevas, otro lenguaje, nuevas estrategias, acción, reflexión.
Se
declara filosóficamente comunista y a la hora de señalar al enemigo
enumera: la Unión Europea, el euro y la deuda. Habla de elaborar el
“discurso profético”, de preparar el 21 de diciembre y, sin
mencionar a nadie en concreto, advierte de la necesidad de superar
las siglas. Lo vamos a aprender con dolor la noche del 20-D, añade.
Hemos
perdido la guerra los herederos de las cuatro internacionales, pero
también los de la Ilustración, los de las Luces, los de la Razón.
Cuando un ministro le pone una medalla a la Virgen es que hemos
llegado a antes de la Revolución Francesa, concluye.
Están
ustedes ante un combatiente, de tercera fila, pero combatiente, dice
de sí mismo Julio Anguita. Sin duda, tiene razón pero, de momento,
también es la voz que clama en el desierto.
Julio Anguita (Fuengirola, Málaga, 1941) esto ha dicho hace tan solo unos días: "estoy decepcionado, dolido y derrotado" esto lo ha dicho durante la presentación del libro que indicas.
ResponderEliminarUn hombre al que hay que respetar incluso no estando de acuerdo con el, si hay un político honesto este se llama Julio Anguita, que vivió la tragedia de la muerte de un hijo periodista en Irak.
Saludos
Creo que tiene motivos para estar decepcionado, dolido y derrotado. Así estamos muchos.
EliminarSeguramente es un hombre honesto pero a mi me dan un poco de repelús esas personas que nunca, en ningún caso se equivocan.
Saludos.
Me encanta colarme en tu bolso para asistir a tantos lugares...y abusar de tus recuerdos y reflexiones.
ResponderEliminarUna vez más me resulta sencillo empatizar con su discurso, pero poco valiente lo he visto plantando cara al aparato que por años fue su instrumento. Sabiendo que el PCE maquina para no perder "su espacio" él podría haber dado un paso al frente y no lo hace, se mantiene equidistante y eso, siempre es malo.
En fin, no quiero ponerme a pensar ahora en la noche del 20D, quiero soñar en otro futuro posible, posible porque está en nuestras manos.
Un beso
Se retiró por razones de salud pero mientras dirigió la organización tampoco es que aglutinara mucho. Todo eso, y el propio Anguita, son ya historia. Ahora en lo que hay que pensar es en el futuro. Quién pudiera soñar como tú.
EliminarBesos.