lunes, 19 de enero de 2015

Código de la ternura

 El chocolate es un producto originario de América, de México, según parece. Llegó a España a través de Colón, primero, y de Hernán Cortés, después.  En el siglo XVII ya era conocido en varios países de Europa: Francia, Italia, Alemania, Inglaterra y, naturalmente, España. Se le atribuyen propiedades afrodisiacas y, sin duda, es adictivo.

Al siglo XXI ha llegado en infinidad de preparaciones a través de un número incalculable de marcas pero los chocolateros de verdad preferimos el negro. El cacao casi puro, con ese regustillo amargo que deja en la boca.

Milka, la marca de la empresa suiza Suchard cuyo emblema es una vaca de color lila, publicó el pasado año un libro al que tituló “Código de la Ternura”.  En puridad, se trata de una recopilación de pensamientos, propuestas y aforismos coordinado por el cirujano Mario Alonso Puig. Este doctor es miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York y de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, autor de títulos como Reinventarse o El cociente agallas. Un tipo, vamos.

El librito, con cubierta en inconfundible color lila, lo repartió un amigo entre las chicas del grupo en una de esas comidas prenavideñas. “No me miréis así, leedlo primero, advirtió antes de que ninguna dijéramos nada, puede pareceros un poco moñas pero tiene píldoras que están bien”. Como le tengo aprecio, le di las gracias y guardé el librillo. Hasta hoy.

Por una serie de vicisitudes que no hacen al caso, hemos tenido un comienzo de año atípico, unos días en los que todo se complica para impedirnos volver a la normalidad, para retomar el ritmo pautado que a las prusianas nos gusta. Así que esta mañana, 19 días después de estrenar el 2015, por fin, me he dispuesto a retomar mis rutinas, esto es, abrir el ordenata, vulgo chino, a primera hora y dedicarme a mis cosas.

Os noto la sonrisilla pero sí, sigo dedicándome por gusto a lo mismo que me he dedicado durante toda mi vida laboral. ¿Pasa algo? Dedícate a lo que te gusta y no tendrás que trabajar nunca más, dice un aforismo. Me las prometía tan felices cuando, he aquí que el chino tenía otros planes. De pronto, como siguiendo al Libro Rojo de Mao, se ha puesto a hacer cosas raras, apagarse y encenderse la pantalla, un leve flashhhh, seguido de un brrrrr.

Pero yo me he grabado y he visto varias veces los programas que emitió TVE semanas atrás con Joan Manuel Serrat de protagonista y he hecho mía esa frase lapidaria del Noi del Poble-Sec: Ya no tengo tiempo para perderlo en cosas que no me producen satisfacción, así que he intentado superar el problemilla mirando con ternura a mi pobre y viejo chino, que heredé del colega, y que tan buenos ratos me ha proporcionado. Como diciéndole, vamos, que no pasa nada, tú puedes.

El chino no ha respondido a mis atenciones, antes al contrario. Cuando por fin han cesado sus gorjeos y he tratado de ponerme a escribir me encuentro que Mao y sus secuaces se han comido el contenido de pendrive. Con apenas un hilo de voz, para no sobresaltar al aparato, llamo al colega para que venga en mi auxilio. Eso es que lo has dado a borrar, diagnostica. ¿Cómo lo voy a dar a borrar si quería abrirlo?, le digo. A veces pasa si no te fijas bien, responde, pachorrudo.        
No quiero contar todo lo que guardaba en el pendrive (sin haber hecho copia) para no hacerme la víctima ni provocar conmiseración pero, creedme, hoy es de esos días en que bien hubiera podido abrirme las venas. Me lo he pensado mejor –hace tanto frío que no está el día para abrir nada, ni siquiera las venas- y me he tomado una pausa. Voy a ordenar las estanterías, me he dicho, por decir algo. Y ahí estaba, donde debí dejarlo a mediados de diciembre: el libro chocolatero.

Si el plan A no funciona, tienes 26 letras más para utilizar. No te rindas y consigue tus ideales, reza uno de los aforismos. Sigue pareciéndome un poco moñas pero en estos momentos no hay más cera que la que arde. En el pendrive que se han comido los chinos de Mao guardaba todo lo referido a este blog, lo escrito y las ideas por desarrollar. No hay más remedio que ponerse a jugar con las 27 letras del alfabeto si quiero volver a la normalidad. Con una buena dosis de ternura para no estrellar al ordenador y una más pequeña de chocolate para procurarme un poco de tranquilidad. 

5 comentarios:

  1. Mery! Hay programitas para recuperar datos, si no lo has toqueteado mucho hay esperanza!! Y son fáciles de utilizar, sólo tienes que instalarlo, ponerlo a correr y dejarlo trabajar y que vaya recuperando archivos.
    Pobre. Qué rabia da.
    Por otro lado, me gusta mucho Mario A. Puig. Me da paz y buen rollo oírle.
    Voy a cotillear el libro moña ese.
    Un besazo

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  2. Ay, nena, qué gusto verte por aquí. Gracias por tus consejos pero ná, lo primero que he hecho ha sido pasar el pendrive por el Recuva para ver, como no aparecía he bajado otro que he visto en interné con el mismo resultado. Desengáñate, esto es Mao que ha dicho, anda, para que vayas practicando.
    No tengo el gusto de conocer al doctor pero voy a toquitear el libro un rato largo.
    Besos, guapa.

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  3. Querida el chino se ha puesto en pié y ya sabes que son muuuuuchos, ahora que no te escucha ve pensando en un sustituto y no te diré aquello de haz copias, porque solo se hacen de lo que nunca se necesita...
    Si el librito no te da paz, al menos dale al chocolate.

    Besos mil

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    1. Espero que el chino dure un poco más y que yo sea más precavida. El chocolate es lo único seguro.

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  4. no sabes como te entiendo... yo, la última vez que mi ordenador hizo bluff y se apagó y al abrirlo estaba vacío aparecí llorando (te lo juro) en casa de mi madre, a la que por cierto, le di un susto de ya te puedes imaginar... dentro había siete novelas de las que no tenía copia, porque una es tan chula que hasta aquel momento creía que las copias de seguridad eran para cobardes... también había fotos, trabajos de cuando estudiaba, borradores de posts y demás, pero lo de las novelas era lo único que me importaba en realidad...
    a mí un cliente informático me recuperó al final todos los datos, y ahora intento (juro que lo intento pero se me suele olvidar) hacer copia de seguridad de vez en cuando...
    así que igual hay suerte y alguien te puede recuperar los datos... no?... eso espero...
    ánimo y un montón de besos!!!

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