Mientras escribo estas líneas, un equipo de investigadores,
encabezados por el antropólogo forense Francisco Echevarría, ayudados por
sofisticados sistemas de detección, se afanan por encontrar los huesos de don
Miguel de Cervantes Saavedra mediante complejas operaciones que tienen en un ay
a la comunidad de Trinitarias Descalzas del convento de Madrid.
Memoria de Cervantes en su calle |
Don Miguel tuvo una vida azarosa como pocas. Viajó a Italia, se
alistó en el ejército y participó en la batalla de Lepanto, donde resultó
mancado, fue apresado cuando volvía a España y permaneció prisionero en Argel durante
cinco años. Liberado tras pagar un rescate, trabajó como comisario de
provisiones y zascandileó por España y Portugal; fue procesado por
irregularidades en la administración. Casó infelizmente con Catalina Salazar. Tuvo
una hija fuera del matrimonio y tres hermanas, conocidas como las Cervantas, que
cuidaron y protegieron al autor pero cuyas vidas y costumbres, avanzadas para
su época, le proporcionaron algún que otro sinsabor. En verdad, su vida
personal tuvo más sinsabores que alegrías.
Casa de Cervantes |
Recaló finalmente en Madrid y fue a morir en una casa de la calle
del León esquina con Francos, actualmente bautizada con el nombre del escritor.
Como no podía ser menos, la calle se encuentra en el barrio de las Letras y va
de la calle del León a la Plaza de Neptuno.
Casa de Lope de Vega |
Don Miguel de Cervantes, el Príncipe de los Ingenios de las letras
hispanas, es el padre de la novela moderna. Además del Quijote escribió
numerosas obras en prosa y verso y alcanzó reconocimiento y fama en vida, pero
no fortuna.
Convento de Trinitarias |
Aunque fue él quien le bautizó como Fénix de los Ingenios y
Monstruo de la Naturaleza mantuvo con don Félix Lope de Vega y Carpio una
rivalidad más allá de la literatura. Lope era la antítesis de Cervantes. No sólo
conoció y disfrutó del éxito literario en vida sino que su existencia fue una
sucesión de hazañas y conquistas amorosas antes y después de hacerse clérigo.
Pues bien, a Cervantes lo buscan en Convento de las Trinitarias,
que está en la calle Lope de Vega. En este mismo convento profesó y llegó a ser superiora con el nombre de Marcela de San Félix, la hija favorita de Lope –entre los
muchos descendientes que tuvo-. No sólo eso, el edificio más visitado –y quizá el de mayor prestancia- de la calle que lleva su nombre es, justamente, la casa de Lope de Vega. Así que no creo que sea muy difícil de hallar
esos restos si es que en verdad se hallan en la capilla de las monjas descalzas.
Bastará colocar el georadar y observar atentamente: los que estén removiéndose
en la tumba son los huesos de Cervantes.
eres genial!!! y que sepas que me voy a trabajar sonriendo después de leer este post... y que yo sonría antes del café no es habitual...
ResponderEliminarbesotes!!!
Muy bueno ;)
ResponderEliminarGracias por la sonrisa, de todos modos que ganas de molestar tienen ¿no?
Parece ser que a estas alturas ya han aparecido.
ResponderEliminarBueno... Y ahora, ¿Qué?
¿Ahora? Lo mismo de antes. En la fachada del convento hay una placa que indica lo mismo que hoy han repetido los expertos, a saber, que Cervantes fue enterrado allí.
EliminarCreo que se te ha olvidado que estamos en precampaña electoral.
Es lo más absurdo, ridículo, y escandalosamente profanador que he oido jamás. Aún no alcanzo a entender como se puede profanar los restos de alguien, Cervantes o no, que se hizo enterrar en determinado sitio...para descansar en paz para siempre. Con la botella hemos topado.
ResponderEliminarCon la botella, además, echando la última gota.
EliminarSí, yo tampoco entiendo por qué se ha removido tanto para llegar a la misma conclusión que ya se sabía, esto es, que Cervantes quiso ser enterrado allí y allí recibió sepultura.
Lo de leer, ya si eso, otro día.
Me parto contigo, Mery.
ResponderEliminarY cómo me gusta la nueva cabecera
Se ve que vienes poco porque ya es antigua, nena.
EliminarTengo el chupete a punto, que lo sepas. Las tías estamos para maleducar.