martes, 5 de julio de 2011

Arrancando negro carbón

Tita, mi amiga de Amor y Cocina cotidiana, ha escrito un post sobre las canciones de su vida en el que nos reta a rememorar las músicas con las que hemos crecido.

Estaba yo pensando en ello cuando la propia vida se ha encargado de actualizar mis recuerdos. La intervención judicial durante el pasado fin de semana en la sede de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) y la imagen de un Teddy Bautista entrando y saliendo de la Audiencia Nacional, me ha retrotraído a la fuerza a los últimos años 60. Más de medio siglo atrás…

Teddy Bautista era entonces el cantante de Los Canarios, uno de los grupos más importantes del pop nacional, con Los Bravos. De su discografía me gustaba especialmente Peppermint frappé, tema musical de la película del mismo nombre dirigida por Carlos Saura. Pero el tema que les lanzó internacionalmente fue Geton your knees (Arrodíllate).
 
Get on your knees / Sing the song
Get on your knees baby / And pray to the lord
The almighty god / For your love
La voz de Teddy parecía rascar el aire. Tenía una voz de jazzman muy atractiva, aunque a mí me gustaba más Pedro Ruy Blas, que le sustituyó en el grupo durante el servicio militar.
Corría el año 1968, que había de cambiar la historia, y otro grupo pop conseguía la hazaña de triunfar en las listas de super hits – términos ya en desuso – de los Estados Unidos. Los Bravos y su Black is Black.

Pero ese mismo año se truncaba la marcha vertiginosa del grupo. Manolo Fernández, teclista del grupo, se suicidaba cuando se estrenaba la primavera. No había logrado remontar la muerte de su mujer en un accidente de coche que él conducía, pocos meses después de su boda. Había ocurrido el accidente en Mallorca, donde yo veraneaba. Le enterraron en el cementerio de San Justo de Madrid. Yo fui al entierro.

Un año después, en 1969, triunfaba un chico asturiano de aspecto tímido. Se llamaba Víctor Manuel y cantaba a su abuelo Víctor.

Sentado en el quicio de la puerta / el pitillo apagado entre los labios
con la boina calada y en la mano / una bara nerviosa de avellano
que recuerda su frente, limpia y clara / Quizás la primavera deshojada
el olor de la pólvora mojada / o el sabor del carbón mientras picaba
El abuelo fue picador allá en la mina / y arrancando negro carbón quemó su vida

Era el comienzo de una carrera ininterrumpida de éxitos. Algunos años más tarde, en 1976, el azar me llevó a coincidir con él - y con varios cientos de personas más – entonando una canción de mineros: Santa Bárbara. Eran tiempos de rebeldía, de fe en un futuro mejor que íbamos a construir entre todos. Víctor Manuel era entonces un miembro conocido del Partido Comunista.   
Hace poco más de un mes, mi chico y yo paseábamos de noche por Roma. Una noche tibia, serena, feliz. Sin darnos cuenta, empezamos a entonar canciones conocidas. Canciones de nuestra infancia, de nuestra – primera – juventud. Black is black, El abuelo Víctor, Santa Bárbara… A media voz, para nuestro propio deleite. 
En nuestro caminar, pasamos cerca del Quirinal – sede del gobierno italiano – donde, naturalmente, había bastantes policías. No por eso bajamos el tono de voz ni interrumpimos nuestra canción. 
Traigo la camisa rota / trailaralará trailará
traigo la camisa rota / trailaralará trailará
de sangre d'un compañeru, mira,
mira Maruxina, mira,  / mira como vengo yo;
de sangre d'un compañeru, mira,
mira Maruxina, mira, / mira como vengo yo.

Nos miraron, pensado, quizá, que se nos había subido el vino a la cabeza. Pero íbamos absolutamente sobrios. Felices y sobrios.
Ahora, veo las imágenes de Teddy, las de Víctor, respaldándole. Recuerdo sus voces jóvenes, sus canciones, su empuje, su entusiasmo. La vida los ha tratado bien, gozan de fama y fortuna, que supongo es lo que buscaban. Hay algo que me chirría, no obstante.
Pienso también en otros amigos de entonces que siguen en la brecha. Algunos han conseguido los objetivos que soñaron. No han abdicado. No han doblado la rodilla. 
El abuelo fue picador allá en la mina
y arrancando negro carbón quemó su vida…

2 comentarios:

  1. Me emocionas, y eso en una entrada donde se nombra a Tedy Bautista es de premio, pero gordo.
    Un beso

    ResponderEliminar
  2. ¡Qué buen brindis! Supongo que se inicia una larga saga de post al respecto...yo me quedé corta con el mío. Mi madre estaba loca por Los Bravos, y me sé el Black is Black de memoria, y Los chicos con las chicas...¡me daba tanta penita que alguien los tuviera separados!

    No sé como se me pudieron olvidar también a Victor Manuel, y Ana Belén.

    Me han encantado vuestras canciones por Roma: me has recordado al santo y a mí cantando a voz en cuello, en el coche a Serrat y Machado a la bajada del Teide en Tenerife...

    Todo lo seguiré escribiendo...

    ¡Precioso Tiza! qué cosas tiene la vida ¿verdad? va el Teddy, y explota todo ahora, justo para recordar...

    ResponderEliminar

Lo que tú digas