jueves, 23 de febrero de 2012

Grandola




Hay momentos en que el pasado se te echa encima y no sabes qué hacer con ese peso, salvo dejar que pase. 

Ayer estuve en un funeral, uno de esos compromisos que no se pueden eludir. Ha muerto la madre de una amiga, enferma de Alzeimer los últimos años. Menos mal que Dios se ha acordado de ella, diría mi abuela. La frase y mi abuela me vinieron a la memoria durante la misa.

Como la familia de mi amiga pertenece a la alta burguesía madrileña, la iglesia estaba casi llena de abogados, políticos, profesionales conocidos. Muchos miembros de la antigua UCD, a la que el marido de la difunta estuvo vinculado. Entre ellos, dos ex ministros que creí que habían muerto también.

La tarde está templada y me animo a volver a casa caminando un rato antes de tomar el metro. Al pasar por el número 4 de la calle Isaac Peral –en Moncloa- caigo en la cuenta de que el local que ocupó la Cafetería Galaxia –donde en 1978 se reunían Tejero, Inestrillas y otros colegas de la misma secta para preparar un golpe de Estado previo al 23-F- está ocupado ahora por un McDonalds. Lo que no sé si es lógico o paradójico.

Recuerdo aquellos patriotas de pacotilla. Inestrillas fue asesinado por Eta en 1986, cinco años después del asalto al Congreso de los Diputados del que hoy se cumplen 31 años. 

Hago cuentas y me percato de que todo eso ocurrió en el siglo pasado. Me parezco a mi abuela, contando historias del pasado, pienso, de pronto.

Hoy hace 25 años que murió Jose Zeca Afonso, autor de Grandola Vila morena, la melodía que sirvió de contraseña a la Revolución de los Claveles, el 25 de abril de 1974 y alentó las esperanzas de quienes esperábamos que cayera la dictadura española.

Grandola es más que una canción hermosa, que lo es. Es una declaración de principios. Sus notas evocan emociones que tienen que ver con el compromiso político, con deseos de libertad y con amigos queridos, algunos perdidos definitivamente. Evocan emociones de un tiempo que aún creíamos que lo podíamos todo. 

Grandola, Villa morena
Tierra de la fraternidad
El pueblo es quien más ordena
Dentro de ti, oh ciudad

En cada esquina un amigo
En cada rostro igualdad
Grandola, villa morena
Tierra de la fraternidad

A la sombra de una encina
De la que no sabía la edad
Juré tener por compañera,
Grandola, tu voluntad.

Grandola, Villa morena
Tierra de la fraternidad
El pueblo es quien más ordena
Dentro de ti, oh ciudad.

Va a ser verdad que me estoy convirtiendo en mi propia abuela.    

4 comentarios:

  1. Mientras cuentas los sesenta...no se puede evitar también "contar" lo anterior ¿no?

    Yo recién ahora empiezo a verme como mi madre solamente. Ya me llegará la hora de verme como mi abuela ¡si dios quiere, que diría ella!

    Abrazos

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    1. No hay presente si no tenemos en cuenta lo que fue, como fue y por qué. Y si no tenemos la mirada puesta en lo que puede ser. Y lo otro, la abuelez, en cuanto te descuides.

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  2. ¿que hacer con la nostalgia? Ponerle hielo y degustarla con buena música de fondo y si hay suerte compartirla con quien no lo vivió o no se dió cuenta.

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    1. La nostalgia es más placentera cuando puede compartirse con quien saben de lo que se habla.

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