jueves, 3 de octubre de 2013

No conozco a Rajoy




Las encuestas apuntan a un deterioro general del crédito de los políticos y de los partidos que los sostienen. Son muchos los programas, los comentarios, las personas que se regodean en ello. Raro es el chiste que no tiene a un político como protagonista y siempre para ridiculizarlo.
Creo que es un proceso de alto riesgo. Los políticos son –por activa o por pasiva- el resultado de nuestra elección. Están ahí porque los han seleccionado en sus partidos pero, en última instancia, porque los hemos votado nosotros en las urnas. En consecuencia, somos nosotros quienes hemos de ser exigentes en el cumplimiento de sus programas, de sus promesas. Nosotros quienes hemos de exigirles un cierto nivel ético e intelectual, que no nos dejen en ridículo cuando nos representan. Si no lo hacemos, la responsabilidad es nuestra.
Pero últimamente, no ganamos para disgustos. Zapatero era un ser como de otro planeta, que parecía no haberse enterado de lo que significaba ser presidente de gobierno, que desconocía cómo moverse entre sus pares, que no hablaba inglés, ni francés y el español muy malamente. Cada discurso suyo era un mal rato. ¿Por qué no le enseñan a hablar a este hombre?, te decías. Eso, aparte de las decisiones que tomaba, con las que unos coincidirían y otros discreparían. (Personalmente, muchas veces discrepaba).
A Zapatero le sucede Rajoy, que va por el mundo alardeando de ser registrador de la propiedad como si fuera un bagaje equiparable al Nobel de literatura y física, conjuntamente, y no el resultado de un proceso de memorización de temas perfectamente inútiles para la vida en general y para la política en particular. Bien, pues desde que ha llegado a la Moncloa, nos avergüenza aún más que Zapatero. Y no era fácil, francamente, pues bien alto que había dejado éste el listón.
Pasando por alto que ha ido incumpliendo minuciosamente una por una todas sus promesas electorales, aquellas que llevaron a sus electores a preferirle sobre otras opciones, cada aparición pública suya viene a saldarse con una pifia. Incluso aquellas que se hacen vía plasma, cuando le falta coraje para presentarse en carne mortal.
Se podría recordar su afirmación de que el desfile militar es un coñazo o cómo trasformó las 77.000 toneladas de crudo del Prestige en “los hilillos de plastilina” que salían del barco, cuando aún era vicepresidente del gobierno de Aznar, pero, situándonos en su mandado presidencial, ahí le tienen confundiendo al gobierno peruano con el cubano ante el presidente de Perú, Ollanta Humala; le pueden oir asegurando que de los papeles de Bárcenas todo es falso… menos alguna cosa y, hoy, se desplaza a Fukushima, escenario de uno de los mayores siniestros nucleares, cuyas consecuencias siguen candentes ante la inquietud de los científicos (y de cualquier persona mínimamente preocupada por el medio ambiente) para afirmar con toda pomposidad que se trata de “un temor infundado”. Pero ¿quién le asesora a este hombre, si puede saberse?
Con todo, lo peor de Rajoy son sus alabanzas. Donde él pone una loa, el juzgado pone una inculpación.
El tesorero del PP, Luis Bárcenas, era un tipo competente y leal; el presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps un modelo de gobernación; el presidente del Gobern Balear, Jaume Matas, un ejemplo a seguir por las autonomías deEspaña; el presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, “un políticoejemplar para el PP”. Todos ellos han pasado, están pasando o pendientes de pasar por los juzgados y ninguno por razones honorables. ¿Con quién se relaciona este hombre?
Líbrenos Dios del día de las alabanzas, decía mi abuela, apuntando al final de la vida, cuando hasta el más villano se convierte en una buena persona. Pues bien, quiero dejar claro que no conozco a Rajoy ni siquiera de vista. Que no se le ocurra elogiarme porque lo denuncio.
Hasta ahí podíamos llegar.

10 comentarios:

  1. Desde que vimos a Monseñor Fraga en puro meyba dándose un baño de popularidad en Palomares, no debe extrañarnos nada. Excepto por el meyba, lo de Fukushima, es "calcao".
    Lo asesora un primo suyo, que creo que lleva exiliado tanto tiempo como hace que este país carece de gobierno.
    Y no sigo, porque iba a poner un par de burradas de las que, seguro, me iba a arrepentir.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No conozco al primo pero debe hacer mucho tiempo que vive fuera, sí.
      No te reprimas, estoy segura de que serían unas burradas muy certeras.

      Eliminar
  2. jajajajajaja... me has hecho reír con el final...
    yo tengo sentimientos encontrados... te juro que cada vez que lo veo en la tele no soy capaz de entender como ha llegado a presidente del gobierno... y cada vez que nos regala una perla, lo entiendo todavía menos...
    no te pasa que lo ves en la tele y te preguntas: quién nos gobierna realmente?... porque este señor, me da a mí que no... no me preguntes porque...
    porque como te decía, tengo sentimientos encontrados... no lo vote (ni lo votaré en mi vida) pero no me parece mala persona... claro que cuando habla, por ejemplo de lo competitivos que somos en tema empleo gracias a su reforma, ya no sé que pensar... ya no sé si es que no da para más o si bajo la pinta que tiene se esconde una mala persona...
    porque hay que tener c****** para vendernos como un bien la precariedad laboral que han conseguido con su reforma laboral...
    que me ha encantado leerte...
    besos!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es posible que no sea mala persona, que lo dudo, pero lo que es seguro es que es tonto, bastante tonto. Y un giliposhas.

      Eliminar
  3. Lo peor de Rajoy, es el propio Rajoy.

    Saludos

    ResponderEliminar
  4. Brutal retrato pero certero yo tampoco entiendo nada chica... quién coño le asesora a este señor ¿de verdad que no hay nadie mejor ni dentro de su propio partido? y encima que se presentó 3 veces antes de la vencida, nadie se percató que ese barbas tristes no podía presidir ni su comunidad de vecinos? yo flipo... y no es que lo hayan votado justito no, le han dado una mayoría tan absoluta de la cual abusa para meternoslas dobladas por otra parte, lo cual hace sospechar de que la mayoría no ha sabido leer entre líneas de sus discursos joder sí como bien dices le ganó ZP DOS VECES.... en fin yo no conozco a Rajoy ni le conocí nunca...
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues a lo mejor no hay nadie mejor dentro de su partido y quizá tampoco había otro mejor que Zapatero en el suyo. Y ese sea el justo pago a que no seamos mejores nosotros mismos.

      Eliminar
  5. Le deben asesorar cientos de los suyos, de esos que cómo él, no tienen ni idea de cómo va realmente el país...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Quizá lo que ocurre es que el país de Rajoy y el de los asesores no es nuestro país. Somos realidades diferentes

      Eliminar

Lo que tú digas