Nunca pensé que alguna vez
tendría que parafrasear a Lope de Vega -ahí es nada- pero, como él ante la
petición de Violante, me encuentro ante la elección de Laura: en mi vida me he
visto en tal aprieto.
Laura-Peripecia es una artista. Una
artistaza de la imagen que lo mismo te hace una foto que te deja sin
respiración que una peli de niños, que, según dicen quienes saben de la
materia, es la dificultad en grado superlativo, o te saca favorecido a un ministro, que esa sí es la dificultad pluscuamperfecta. Pues Laura ha venido colgando en
facebook varias fotos en blanco y negro –cinco, exactamente- siguiendo un mandato que había
recibido de otro artista de la imagen. Una de esas cadenas que se crean en las redes
sociales. Y, oh, sorpresa, Laura me ha endosado a mí el reto, apelando a las
fotos de mis viajes.
En un primer momento pensé
hacerme la loca. ¿Dónde voy yo con esta compañía? Pero lo he pensado mejor y acepto
el envite con la inevitable salvedad: cuando Laura y sus amigos dan al clic de
la cámara miran con ojos de artista. Cuando yo miro a través del objetivo lo hago con ojos de periodista.
La primera dificultad es el
número. ¿Cómo seleccionar sólo cinco entre tantas imágenes que guardo? Una tarde
entera me ha llevado descartar esas fotos que tanto quiero:
la de la estación
del Orient Express en Estambul, testigo de un pasado esplendoroso, con sus botellas de Moët Chandom todas
descorchadas;
la abuela y el nieto en el barco que cruza el Bósforo;
la tienda
de ropa interior de la calle Istiklal, también en Estambul;
la orquesta de
señoritas de la terraza del restaurante Quadri en la plaza de San Marcos de
Venecia;
los guías venecianos apoyados con indiferencia en la escultura de los
Tetrarcas;
el carrito de helados italianos en la plaza del Parlamento de La
Haya, tan parecido a los carritos de los valenciano que cada año se pateaban
los pueblos castellanos de mi infancia;
los turistas nipones dormidos en la Fontana de
Trevi;
la soledad, la fragilidad y la hermosura del Galo moribundo, en los
Museos Capitolinos de Roma;
las pantorrillas desnudas del joven que se adentra
en los vericuetos vaticanos, ante la mirada impasible de la Guardia Suiza -¡qué
no habrán visto esos ojos!-;
el improvisado concierto de los dos rockeros
frente a la Estación Central de Amsterdam;
la caída del sol sobre el Ponte Vecchio
de Florencia;
los atuneros españoles que faenan en mitad del Atlántico con tripulantes senegaleses que sacan los atunes a pulso;
la plaza y la iglesia de Delft, donde
vivió y pintó Vermeer, que conserva esa luz y ese misterio que supo captar el
autor de La joven de la perla... Esas o cien más.
Finalmente, he seleccionado
cinco que iré colgando en días sucesivos. Empiezo con una de las que más me
emocionan: la tumba de don Antonio Machado en Colliure, frente al Mediterráneo.
Una tumba sencilla, poco más que una lápida, donde descansan los restos del
poeta y de su madre, muertos lejos de su tierra, abandonados, arrojados por una
de las dos Españas que hielan el corazón. Una lápida plagada de recuerdos
anónimos, de pequeñas piedras que –a la manera de la tradición judía- dejan
testimonio de esa visita. Sobre la piedra, unos versos del poeta, como declaración
de principios: “Y cuando llegue el día del último viaje / y esté al partir la
nave que nunca ha de tornar / me encontraréis a bordo, ligero de equipaje, /
casi desnudo, como los hijos de la mar”.
Si de mí dependiera, esa imagen sería de obligada inserción al final de cada campaña electoral, como elemento
de meditación y de advertencia sobre la utilidad y el riesgo del voto
individual.
A lo largo de una vida, y si esta ha sido largo, si además te gusta fotografiar aunque no seas un experto, estarás lleno de fotos, con sus álbunes respectivos, algunas con buenos recuerdos otras no tanto.
ya había visto fotos tuyas por aquí, pero la verdad es que las que compartes hoy son una maravilla!! y la reflexión final, ya me deja sin palabras... un placer, como siempre, pasar por aquí... besotes!!!
A lo largo de una vida, y si esta ha sido largo, si además te gusta fotografiar aunque no seas un experto, estarás lleno de fotos, con sus álbunes respectivos, algunas con buenos recuerdos otras no tanto.
ResponderEliminarSaludos
Pues sí, Emilio, ya va siendo larga la vida... Y el tiempo ayuda a suavizar y relativizar incluso los recuerdos menos buenos.
EliminarY yo cómo te contesto a todo eso. Me has emocionado. Un gracias muy de verdad, y un beso de los sonoros y fuertes
ResponderEliminarPues no sabes el cocido que te estás perdiendo...
EliminarQuerida Mery, que fotazas !! que buena reportera y periodista eres, besos !!
ResponderEliminarBet
Se te echaba en falta por estos lares.
EliminarMuchos besos.
ya había visto fotos tuyas por aquí, pero la verdad es que las que compartes hoy son una maravilla!!
ResponderEliminary la reflexión final, ya me deja sin palabras...
un placer, como siempre, pasar por aquí...
besotes!!!