lunes, 3 de diciembre de 2012

Sic transit

No somos nada. A veces creemos otra cosa, pero se trata de un espejismo. Sólo tenemos aquello que damos. Sólo somos aquello hacemos. Sic transit gloria mundi.

Celestino Corbacho fue ministro de Trabajo e Inmigración entre los años 2008 y 2010, ayer mismo. Gestionó su cartera con un ojo puesto en la Moncloa, donde el presidente Zapatero le ninguneó tantas veces como tuvo ocasión, y el otro en Cataluña, donde esperaba hacer carrera política. De hecho, dejó el ministerio para engrosar las listas del PSC cuando se convocaron elecciones al Parlament catalán. Las cosas no han sucedido con arreglo a sus proyectos y el Partido Socialista de Cataluña está en caída libre como su homónimo en el resto del país.

Al ex alcalde de Hospitalet la gloria le duró muy poco y lo poco que le duró estuvo trufada de sinsabores. El mayor de ellos el que le ocasionó el presidente de la patronal, a la sazón Gerardo Díaz Ferrán quien se negó a llegar a un acuerdo social con los sindicatos auspiciado por el gobierno Zapatero.

Desde la presidencia de la patronal se dedicó a hacerle la campaña al partido popular en un flujo de ida y vuelta que, ahora se ha visto, se recompensaba mutuamente.

Díaz Ferrán (si llegáis a tiempo no os perdáis este enlace de wikipedia) era entonces un hombre dicharachero, amigo de ofrecer titulares en frases a cual más celebrada por un tipo de prensa afín, que le reía las gracias. Especialmente gracioso era aquél que definía a la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, como "cojonuda". Término que seguramente apela a las dotes intelectuales del autor y de la piropeada.

Pues bien, si la carrera de Corbacho derivó cuesta abajo y sin frenos, la trayectoria Díaz Ferrán entró en picado, hubo de abandonar la presidencia de la CEOE, perdió sus empresas y fue procesado por causas varias. Se supo entonces que, como miembro del consejo de Caja Madrid se había concedido créditos millonarios que no se molestó en devolver, pese a lo cual le fueron prorrogados por Rodrigo Rato. Cuando ya la quiebra era evidente trató de salvar sus muebles de mala manera. Le fue embargado el chalet familiar pero el banco tuvo el detalle de permitirle vivir en él ahora ya como inquilino.  

Hoy, dos días después de concluir el periodo de la amnistía fiscal que el gobierno concedió a quienes habían evadido y ocultado sus bienes, ha sido detenido por alzamiento de bienes y blanqueo de dinero. Al registrar su casa le han encontrado 150.000 euros y un kilo de oro. Esta noche parece que va a pernoctar en la comisaría.

Es de suponer que en las dependencias ministeriales que fueron de Corbacho y en los despachos de la CEOE que fueron de Díaz Ferrán sus sucesores hoy se hayan tentado la ropa varias veces evocando aquello de polvo eres, etc. No hay constancia de que en los locales donde reinó Rato se haya producido reacción alguna pero el presidente de la patronal bancaria, Miguel Martín, ha dicho -con la boquita pequeña, pero lo ha dicho- que podrían exigirse responsabilidades a los directivos que estaban cuando se vendieron las preferentes.

Verdaderamente, no somos nada. Ni nadie.

4 comentarios:

  1. Pues con un poco de suerte, va a tener tiempo para acabar la carrera.

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  2. Has olvidado que el tal Ferrán de las narices el mismo que dijo que, para levantar al país hay que trabajar mas y ganar menos, le han encontrado una cuenta en Suiza por 5.000.000€, seguro que hacienda estaba esperando que terminara la amnistía fiscal para sacarlo a la luz, ha demostrado de forma clara y contundente que ha sido un auténtico gilipoll*s, ¿cuantos habrá como este personaje?, de todos modos como hasta ahora viene siendo normal se irá de rositas.

    Saludos

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  3. A ver cuanto tardan en encontrar algún defecto de forma, y soltándole a dormir en su chalet de alquiler "social"

    Tocaté las narices.

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  4. Si es que ya lo dicen hasta los notarios, si te fijas lo rotulan al dorso de las escrituras: No somos nadie.
    ...ya verás.

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