jueves, 2 de mayo de 2013

El Dos de Mayo

Madrid es una autonomía creada artificialmente. No conozco a nadie que sienta la naturaleza del madrileñismo más allá del concepto folklórico de lo castizo y chulapo. Pero hoy es el día de la Comunidad de Madrid. Se conmemora el levantamiento del pueblo frente a las tropas francesas en 1808, que daría lugar a la Guerra de la Independencia.

Comparto la creencia expresada por Amin Maalouf en su libro Los Desorientados, cuando dice que “nacer es venir al mundo, y no a tal o cual país, ni en tal o cual casa”. En consecuencia, los patriotismos en general y los nacionalismos en particular me resultan totalmente extraños. No me emocionan los himnos y no me reconozco en ninguna patria que tenga un mapa como referencia. No se me alcanza qué mérito supone haber nacido en un punto geográfico determinado, ni dónde está la naturaleza virtuosa que emana de un pasaporte, un mero trámite administrativo.
Vaya por delante la aclaración para añadir que, si me hubiera sido dado elegir, en el siglo XIX me hubiera situado más cerca de los afrancesados que de quienes gritaron con entusiasmo el “Viva las caenas” y pasearon triunfalmente al rey Fernando VII, modelo de virtudes reales, como es harto conocido.
 
Bien, pues esta mañana la Puerta del Sol de Madrid ha sido escenario de un fervor que ya me gustaría poder compartir. Como estamos en fase de recortes la parada militar ha sido algo simbólico, unas decenas de policías, guardias civiles y un miniescuadrón ataviado de época han desfilado con aire marcial a los acordes de marchas militares que mi ignorancia me impide señalar, rematadas por el himno nacional.

Algo protocolario, he pensado. Y he pensado mal porque todo ha sido aparecer por la Carrera de San Jerónimo los primeros uniformes cuando cientos de manos –no muchos pero algunos cientos- se han puesto a aplaudir con fervor, aplausos y fervor que han subido varios grados al paso de la Guardia Civil.
La aparición del actual presidente de la Comunidad, Ignacio González, ha sido recibida con división de opiniones. Mientras unos aplaudían con entusiasmo, otros aprovechaban su presencia para recordar reivindicaciones pendientes: la sanidad pública y la readmisión de los despedidos de Telemadrid. El ambiente se ha enrarecido. Quienes aplaudían reprochaban a quienes reivindicaban la elección de lugar y hora.

El presidente ha entrado en el remozado casón que ocupó la temida Dirección General de Seguridad y hoy es Presidencia del Gobierno autonómico, donde se entregaban los premios que la Comunidad concede a sus hijos distinguidos: en esta edición, Esperanza Aguirre, el presidente del Comité Olímpico Español e Iker Casillas, entre otros. Por esa razón en los alrededores te topabas con famosos y famosillos de la política.
Iba yo pensando con cierta envidia en la suerte que tienen los patriotas –que viven en la certeza permanente y tienen una bandera bajo la que cobijarse- en tanto que quienes no en patrias lo tenemos mucho más crudo. Has de apañártelas por tu cuenta y además tendemos a aguzar el espíritu crítico a todo lo que ocurre. Cuando empezaba a notar que la envidia era casi espesa, oigo que el colega dice entre dientes:
- ¡Huevón!
- ¿Qué ha pasado?, pregunto.

Señala con el mentón a un hombre que pasa a nuestro lado en el que distingo a un famoso mesonero cuya especialidad son los huevos estrellados, a quien el colega tiene especial inquina.
Así no hay manera de hacer ni filosofía ni patriotismo.

3 comentarios:

  1. Así no hay modo más que de sonreír ;)

    Besos a ambos

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  2. Sigo preguntándome dónde estaban todos esos patriotas 35 años después cuando los cienmil hijos de.... San Luis tomaron Madrid y llegaron hasta Cádiz.

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  3. ¡¡¡Eh!!! 15 años, que he pulsado la tecla que no era.

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