sábado, 6 de diciembre de 2014

España en mitad del Atlántico


¿Cómo explicas a alguien que la Seguridad Social es armador de dos barcos? Pues lo es. La Seguridad Social tiene dos buques-hospital que prestan asistencia hospitalaria a los trabajadores del mar cuando faenan en aguas del Cantábrico –en el caso del Juan de la Cosa- y en el banco canario-sahariano el Esperanza del Mar.

 

En puridad, el propietario real es el Instituto Social de la Marina –órgano gestor del Régimen Especial del Mar- pero como el ISM es una entidad gestora de la Seguridad Social, por extensión es a ésta a quien corresponde la responsabilidad de su gestión y mantenimiento.

El primer Esperanza se hizo a la mar en 1982 para asistir a la numerosa flota española que había quedado desprovista de asistencia médica cercana cuando España abandonó el Sáhara. La apertura de un centro médico del ISM en Nouadhibou había venido a ofrecer servicio a los barcos que operaban en la zona de Cabo Blanco pero el grueso de la flota pesquera faenaba entonces más al norte, a la altura de Dakla –la antigua Villa Cisneros- y el Cabo Leven.

Aquel primer Esperanza del Mar era en realidad un carguero portacontenedores habilitado como buque asistencial. En 2001 fue botado un nuevo barco-hospital, éste sí diseñado como tal y con los últimos avances técnico asistenciales. Se hacía a la mar el 10 de septiembre de 2001 –la víspera del ataque a las Torres Gemelas de Nueva York- y tiene su puerto base en Las Palmas, donde recala el último día de cada mes y de donde parte cinco días después hacia el sur del banco canario-sahariano, en el área comprendida entre Mauritania, Senegal y Cabo Verde.   

 

La vida de los trabajadores del mar es de las más duras en las que puede emplearse cualquier persona. 

Aunque las condiciones de habitabilidad de los barcos han mejorado radicalmente en las últimas décadas, el alejamiento del entorno familiar, la monotonía de la vida a bordo, 

las largas y duras jornadas laborales hacen del trabajo en el mar uno de los más penosos y de mayor riesgo. 

 

Anzuelos que se clavan, herramientas que cortan, maniobras que provocan caídas, cortes, fracturas, son frecuentes en los barcos pesqueros. Sin contar los percances sanitarios que pueden darse en cualquier grupo humano: infartos, apendicitis, etc.

Cuando esto sucede en un barco pesquero o mercante –todos ellos con botiquín a bordo por obligación legal- que navega en el área del Esperanza del Mar el capitán llama al barco-hospital y la llamada es atendida por el equipo sanitario desde donde se valora la información proporcionada y, si así lo requiere el caso, se traslada al barco de donde proceda la llamada. En ocasiones, la incidencia pueda ser resuelta en el propio barco –una enfermedad, una herida leve-; 

si el enfermo o herido precisa una asistencia hospitalaria, será trasladado al Esperanza del Mar. 

Una vez curado, el enfermo es devuelto a su barco

 

Cuando requiera de una asistencia especializada, 

será evacuado a uno de los centros asistenciales que el ISM tiene en la costa o, si la urgencia lo requiere, será evacuado por vía aérea al hospital más próximo, por lo común en Las Palmas, que es donde radica el hospital de referencia del buque-hospital.   

Aunque la asistencia sanitaria es su objetivo principal, el buque asistencial está habilitado para remolcar a los barcos que lo requieran o para apagar incendios; además, 

su equipo de buzos librará de las redes que se enredan en las hélices. 

En casos de naufragio o zozobra con riesgo para la tripulación, el Esperanza del Mar recogerá a los náufragos, los atenderá y los devolverá a puerto. 

 

La foto con la que cumplo el cuarto de los retos impuestos por Laura-Peripecia corresponde a una asistencia del Esperanza del Mar en alta mar. Una de las lanchas rápidas en las que el equipo médico del buque-hospital se aproxima al barco que ha demandado ayuda. 

 

Es un trabajo de riesgo, como todo el que se realiza en alta mar, porque el océano no se anda con contemplaciones. Pero, en mitad del Atlántico, es lo más parecido a la asistencia sanitaria de la que se benefician el resto de los trabajadores españoles en tierra firme.

1 comentario:

  1. Lo sabia, aunque no lo recordaba, de todos modos esto tenía sentido cuando España era la primera flota del mundo y los primeros en comer pescado, hoy en un mundo global, donde compramos a los sudafricanos, a chilenos o traemos pescado, a veces contaminado de China, tengo mis dudas de esa necesidad de tener barcos hospital.

    Saludos

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