sábado, 25 de junio de 2011

La calvicie

Las mujeres cuidamos nuestro pelo y apreciamos tener una melena sana y espesa. Es uno de nuestros graves errores vitales. Acabo de caer en la cuenta. Deberíamos cuidar nuestra calvicie porque eso es lo que realmente aprecia la sociedad.

Cuando Felipe González hizo ministro a Joaquín Almunia (de Trabajo y Seguridad Social) éste tenía 34 años. Había estudiado en Deusto y, aunque era el ministro más joven del gabinete, lucía una brillante calvicie. Tiene que ser por eso por lo que nadie le reprochó su bisoñez ni hizo bromas sobre ninguna de sus peculiaridades. 

 
Cuando Zapatero hizo ministra a Bibiana Aido ésta tenía 31 años y pasó a ser la más joven del gabinete, además de la primera titular de cartera nacida en democracia. Aido es la primera y única ministra de Igualdad que ha tenido España. Un país que ha aprobado una Ley de Igualdad, tomada como referente en la Unión Europea.

Desde el momento mismo de su nombramiento Aido ha sido objeto de burla, de mofa y de escarnio por parte de quienes consideran que una mujer nunca está suficientemente preparada para el cargo que se le encomienda. Medio país se creyó con derecho a hacer chistes sobre ella. A pesar de lo cual sacó adelante una Ley de Salud Sexual y Reproductiva que, según muchos expertos, es modélica en su género.

Bibiana Aido acaba de ser nombrada asesora de la agencia de la ONU para la mujer, que dirige Michelle Bachelet. En la decisión ha pesado su experiencia y su tarea en el diseño y desarrollo de las políticas de igualdad. Apenas se ha conocido la noticia y ya están zurrándola.

He pensado muchas veces en las razones por las que tantas personas, civilizadas, que se han beneficiado de una educación esmerada, que tienen buena formación y son capaces de razonar cuando se trata de otros asuntos, se convierten en seres irracionales a la hora de analizar el trabajo de las mujeres.
He llegado a la conclusión de que es por el pelo. Les pone la calvicie. No hay otra explicación.

1 comentario:

  1. Puede que tengas razón, lo prefiero a las alternativas que se me ocurren.

    Un beso de domingo abrasador.

    ResponderEliminar

Lo que tú digas