jueves, 26 de septiembre de 2013

La junta de la trócola de las pensiones



El Gobierno está a punto de aprobar la reforma de las pensiones. Una medida más en el camino emprendido para conducir a la sociedad española un siglo hacia atrás. La ministra de Empleo se multiplica estos días en declaraciones afirmando que con la reforma el sistema de la Seguridad Social se ahorrará hasta 33.000 millones de euros en los próximos años a pesar de lo cual los pensionistas no verán recortadas sus pensiones.
El portavoz de IU en el Congreso ya le ha respondido indicando que tal afirmación sólo puede responder a ignorancia o a ganas de mentir. No se me ocurre una respuesta más atinada.
Una vez saqueada la sanidad pública y entregada la enseñanza a manos privadas, el recorte de las pensiones era el último baluarte que quedaba para desarmar del todo el Estado de Bienestar que la sociedad española había logrado construir, con la inestimable ayuda de los gobiernos socialistas.
No es que la Seguridad Social la inventaran los socialistas, ni siquiera los gobiernos de la restauración democrática. La Seguridad Social ha cumplido ya su primer centenario pero la universalización de las pensiones, la garantía de que los más desfavorecidos (huérfanos, viudas, incapacitados) tendrían un mínimo sustento y que tras una vida de trabajo el jubilado tendrá derecho a percibir unos ingresos que le permitan una vida digna, es iniciativa socialista que, luego, cada gobierno ha procurado mantener. En 1985, se establece por ley que las pensiones se incrementarán anualmente en función del IPC, de manera que se garantizara el poder adquisitivo de los pensionistas.
Para evitar que las pensiones se utilizaran de forma partidista y para establecer un marco legal fijo en una cuestión de tamaña envergadura –el gasto en pensiones supone el 10% del PIB español- en 1995 se creó el Pacto de Toledo, un ámbito de consenso donde están representados todos los partidos políticos. Ya en el primer momento, el Pacto de Toledo fija la separación de fuentes de financiación de los servicios asistenciales (sanidad) y pensiones no contributivas, que correrán a cargo de los presupuestos generales, de las pensiones contributivas, que se sostendrán con las cotizaciones a la Seguridad Social.  
El paso del tiempo detectó otra amenaza para el sostenimiento del sistema: el envejecimiento progresivo de la población. En 1960, la esperanza de vida de la población española no alcanzaba los 70 años. En 2011, llegaba a los 82,33 años. Evidentemente, no es lo mismo pagar las mismas pensiones un máximo de cinco años que una media de 17.
La reforma de 2011, Ley 27/2011 de 1 de agosto,  introduce algunas variables correctoras para la sostenibilidad del sistema, la más llamativa de las cuales es el aumento progresivo de la edad de jubilación de los 65 a los 67 años. La reforma se aprueba con la oposición del PP, entonces en la oposición pero ya relamiéndose con las mieles del poder.
Cuando Zapatero vuelve de Bruselas, además del susto en el cuerpo se trae una congelación de pensiones que rompe la ley y los acuerdos del Pacto de Toledo. Mantiene el incremento del IPC a las pensiones mínimas pero más de cuatro millones de pensionistas ven mermados sus ingresos.
Ahora el Gobierno ha arrasado con todo. Es verdad que no congela las pensiones pero establece un aumento del 0,25% anual, independientemente del porcentaje en que se incremente el IPC. Quiere decir que el año en que los precios suban el 2%, que no es mucho subir, el poder adquisitivo de los pensionistas habrá disminuido en el 1,75%. Y así sucesivamente.
En España hay actualmente 9.095.046 millones de pensionistas. Más de 5,4 son jubilados, 2,3 perciben pensiones de viudedad; 933.531 por incapacidad permanente; 309.491 por orfandad y 37.684 a favor de familiares. La nómina mensual de pensiones alcanza los 7.812,6 millones de euros, un 5% más que el año pasado. La pensión media es de 859 euros, que incluye la pensión media de jubilación, de 983,21 euros; los 908,84 por incapacidad permanente; 618,83 de viudedad; 502,68 de favor familiar y 370,67 de orfandad. El incremento mensual establecido por el Gobierno no llegará, en el mejor de los casos, a los 2,5 euros ni al euro en las pensiones de orfandad.
El ConsejoEconómico Social, en el que están representados sindicatos y empresarios, ha emitido un informe en el que señala que la reforma supone una pérdida de poder adquisitivo que no volverá a recuperarse, al tiempo que reprocha al Gobierno la forma y el procedimiento de la reforma, de acuerdo con el modelo yo me lo guiso yo me lo como.
El Gobierno omite decir que la única manera de aumentar los ingresos, aparte de la creación de nuevos impuestos, es aumentando las cotizaciones, esto es, ampliando el mercado de trabajo. Visto que la reforma laboral emprendida por el gobierno no sólo es incapaz de crear empleo –ni bueno ni malo-, vista su incapacidad para reducir la tasa de paro, que sigue desbocada, sólo se les ocurre recortar las pensiones.
Era el último hito que le quedaba por tocar a este Gobierno para incumplir definitivamente sus promesas. Bien. Es posible que no sepan hacerlo mejor. Es probable que los españoles no estemos muy finos a la hora de elegir a quienes nos representan pero se agradecería mucho que, además, no nos lo refrotaran por las narices.
La reforma de las pensiones supone un recorte de la cuantía de las prestaciones en toda regla. Que no lo den más vueltas. Que no vuelvan a sacar a la ministra Báñez, como a los malos mecánicos que cargan injustificadamente las facturas, para explicar que lo que pasa es que se ha averiado la junta de la trócola de las pensiones.   

8 comentarios:

  1. Y esta chiquita (Fatima Bañez), es la que quieren que sea cabeza de cartel en las elecciones andaluzas.

    Saludos

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    1. Sí, eso dicen. Parece que quieren que resuelva lo que no ha sabido resolver el chiquito Arenas. No sé yo.

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  2. Te has pasado por alto un parámetro -que, por cierto, omiten, interesadamente, desde el desgobierno-, la productividad. No era la misma en los años ´60 que ahora.
    Y éste debería ser un dato muy a tener en cuenta a la hora de calcular las pensiones.

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    1. Entre las variables que definen la cuantía de las pensiones no está, efectivamente, la productividad pero con que se atuvieran a los que están fijados ya me daba por contenta. Por ejemplo: el incremento con arreglo al IPC.

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  3. Es terriblemente doloroso saber que les da lo mismo, ell@s tienen sus vidas garantizadas, los demás hemos vivido un sueño demasiado caro.

    Se puede gritar más alto, pero no decir más claro.

    Un beso

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    1. Tengo la impresión de que sólo nos queda -además de tomar nuestra "Bastilla", para lo que carezco de aptitud- es contar lo que vemos para que podamos creerlo cuando haya pasado un tiempo; para que lo sepan los que vienen detrás de nosotros.

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  4. y es que lo que realmente desquicia, es la mentira... vale que los recortes también... pero lo que me desquicia (aunque la palabra es otra, no la voy a escribir porque aunque en la vida real soy muy taquera, por escrito lo intento evitar...) es que encima pretendan vendérnoslo como una buena noticia... que retuerzan las palabras, y que nos tomen por tontos, como si de verdad fueramos a creernos lo que dicen... como si no entendiéramos la realidad que esconden sus palabras...
    que me ha encantado leerte!!
    siempre un placer pasar por tu blog!!
    besotes!!

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    1. Sí, nos hurtan todo y se lo quedan. Por quedarse, se quedan hasta con las palabras y nos las devuelven devaluadas, como de plástico. Contra eso también hay que rebelarse. Creo.
      Un saludo, guapa.

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