sábado, 30 de mayo de 2015

Ni contigo ni sin ti

Una de las consecuencias de todo proceso electoral es que durante semanas nos aplicamos a interpretar qué han querido decir los electores. Por qué han votado a este partido y no a otro, cuántos lo han hecho, cuántos han dejado de hacerlo.
Una vez abiertas las urnas el 24 de mayo, el primer balance es que el PP es el partido más votado, seguido del PSOE. Ciudadanos ha dado un salto vertiginoso y Podemos, en sus distintas presentaciones, ha dado una puñalada a Izquierda Unida. IU se desangra ante la opinión pública y UPyD entona el gorigori.
Eso es así, en efecto, pero también es verdad que el PP se ha descalabrado, que el PSOE sigue en caída libre, que Podemos no es la última esperanza de occidente y que Ciudadanos dista de ser una alternativa de gobierno.
Ha trascurrido una semana y, a pesar de su victoria relativa, en el partido del gobierno empiezan a abrirse en canal. Los alcaldes y barones que han perdido poder lo achacan a la mala gestión del gobierno, no a sus propios errores, y Rajoy se pasea por la Moncloa silbando a los pajaritos. ¿Cómo nos ha podido pasar esto?, se preguntan. La corrupción, responden los más avispados. La gente ya no aguanta como aguantaba antes. Y se extrañan.
Algunos hacen propósito de enmienda. Ya hemos cambiado las leyes para que no vuelva a pasar lo que pasó. Siguen sin entender que ya no cuela. Que se precisa mucho más que un buen maquillaje para ser creíble.
Porque no hay quien se crea que un partido se haya financiado ilegalmente durante años sin que lo conocieran y respaldaran sus dirigentes. Como no es creíble que quienes han promovido y respaldado a decenas y decenas de cargos corruptos puedan ser quienes regeneren la vida política.
Este Mariano Rajoy que asegura estar combatiendo la corrupción es el mismo que respaldó a Francisco Camps, a Carlos Fabra y a la larguísima saga de depredadores valencianos sin que se dieran por aludidos a pesar de las muchísimas denuncias que se han hecho, incluida Rita Barberá y su minuta gastronómica o Dolores Cospedal y sus privatizaciones tan rentables. El mismo que respaldó y sostuvo a la red de corrupción balear, las expresiones de caciquismo gallego, las estrechas relaciones entre políticos y empresarios corruptos. Este Mariano Rajoy y esta Soraya Sáen de Santamaría no afearon a la niña Fabra cuando vomitó aquel “que se jodan” contra los parados que ellos estaban produciendo a destajo.
Este partido, el PP, es el mismo que se rió por lo bajinis cuando el ínclito alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, cuyo mayor mérito es haber sido el ginecólogo de Ana Botella, hizo burla y escarnio de las mujeres, en singular y en plural. Y que nunca, en ningún caso, se le pasó por la mente que un tipo así, que falta al respeto a la mitad de la población, es impresentable, también en una lista electoral.
Este presidente de gobierno es el mismo que olvida a los casi cinco millones de parados y al millón y medio de familias en las que no entra ningún salario, y se prodiga en declaraciones triunfales sobre la situación económica del país.
Este partido, este gobierno y estos dirigentes son los que han gobernado a mayor gloria de una clase dominante y poderosa, más dominante y más poderosa desde que gobiernan ellos, y han maltratado de palabra, obra y omisión a una mayoría de ciudadanos que no ha causado la crisis pero la está pagando.
Y, aunque el memorial de agravios tiende al infinito, basta fijar la mirada en Madrid para comprender que el PP sigue sin entender absolutamente nada. Se necesita ser muy necio o estar muy ciego para colocar como cabeza de candidatura a la alcaldía de la capital a una persona bajo cuyo manto se han formado y han prosperado dos de las redes de corrupción político-económica más extensas de los últimos años sin que, según asevera la candidata, se comiera una rosca. No es creíble. No es creíble ni siquiera dentro de su partido.
El Partido Popular no empezará a recuperarse hasta que su dirección no reconozca de forma explícita la verdad”. Esta frase, que haría suya más de la mitad de la población española, encabeza el artículo firmado por la diputada popular Cayetana Álvarez de Toledo en ABC. Un análisis crudo de la realidad: “El domingo pasado sufrimos una derrota devastadora. (…) El PP ha evitado el rescate de España. Pero ha despreciado la política”.
Hacer política es amparar a los millones de españoles golpeados por la crisis, y no solo difundir una avalancha de porcentajes macro mezclada con una lágrima socialdemócrata. Hacer política es combatir implacablemente la corrupción evitando la demagogia y la amenaza indiscriminada a los ciudadanos. Hacer política es atreverse a abrir complejos debates éticos sin cerrarlos luego por cálculos electoralistas. Hacer política es defender con energía la legalidad constitucional y democrática, y no favorecer el humillante repliegue del Estado. Hacer política es no confundirla con la tecnocracia”.
Álvarez de Toledo no es una recién llegada. Pasó del periodismo a la política aupada por Aznar que la presentó como una de las apuestas seguras de futuro y la llevó a su fundación, FAES. La camada Rajoy la apartó sin contemplaciones y en esta legislatura ha consolado sus soledades con reuniones multibanda en el Café Comercial. Resulta improbable que sus propuestas no tengan el respaldo de un amplio sector del partido. Y su propuesta se resume así: “El futuro de una España potente y moderna no es posible ni con este PP ni sin el PP”.
A Rajoy, el autista, la cabeza le huele a pólvora.

8 comentarios:

  1. El Presidente Rajoy, después de decir que no va a hacer ningún movimiento, parece que se lo van o obligar algunos de sus barones; ayer manifestó que haría cambios, pero que no tocaría en absoluto su política económica; no moverse ni un pelo de las políticas económicas que le han dictado, es como decir "cambiemos todo, para que no cambie nada", el sabrá lo que dice y hace.
    Últimamente muchos periodistas inteligentes, uno de ellos es José Antonio Zarzalejos -antiguo director del ABC- viene a decir lo mismo que manifiestas en tus últimas lineas, es la derecha con la que se puede hablar, la que tenemos no merece ni el aire que respira.
    Saludos

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    1. Uno de los problemas de la última legislatura es que el gobierno no ha hecho política propia, ni buena ni mala, se ha limitado a seguir las instrucciones del de arriba bajo criterios estrictamente financieros. La política es el arte de cambiar el mundo. Pero no sé si a Rajoy le interesa cambiar el mundo. A él y a los suyos ya les va bien como está.
      Saludos.

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  2. has hecho un resumen perfecto...
    un placer pasar a leerte... como siempre!!!
    besos!!!

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  3. Un buen resumen,en efecto.El PP se ha hecho el harakiri por exceso de soberbia y ceguera.Algunos de sus políticos se creen que aún estamos en los años cincuenta del siglo pasado,cuando la mitad de la población era analfabeta y la otra mitad adicta al régimen de la dictadura.

    Un placer llegar hasta tu blog.

    Saludos

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    1. Un placer encontrarte, Joaquín, pero permíteme que discrepe un poco contigo. No estoy segura de que el PP se haya hecho el harakiri, de momento, se ha dado un piñazo, ya veremos más adelante. Coincido en su exceso de soberbia y su ceguera. Y me pregunto una y otra vez qué es lo que lleva a los que no tienen nada a seguir votando a quienes les han quitado lo poco que tenían. Para mí es un misterio insondable.
      Saludos.

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  4. "No sabes nada, Jon Nieve" sería el resumen en plan Juego de Tronos ;)
    No han entendido nada y mejor, necesitamos que se marchen, a ser posible bien lejos de las instituciones al menos un par de legislaturas.

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    1. Ya me gustaría, ya, lo del alejamiento pero no lo veo en el futuro inmediato.
      Y mira que lo siento.
      Muchos besos, nena.

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