lunes, 15 de octubre de 2012

El difícil adiós a Belén

Bélén Piniés
Pienso en ella siempre que oigo denostar a los políticos, así, en general. Cuando alguien o yo misma caigo en la tentación de identificar política con corrupción, con desmanes, con insensibilidad, con distanciamiento de los problemas reales pienso en Belén y me muerdo la lengua.

Belén de Piniés y Nogués estaba llamada a ocupar un lugar en la abogacía o en la diplomacia. Miembro de una familia conservadora, de la burguesía ilustrada, hija de un abogado monárquico, Vicente de Piniés, uno de los participantes en el Contubernio de Munich; sobrina del representante español en Naciones Unidas, Jaime de Piniés, Belén se matriculó en Derecho en los convulsos años sesenta.

Pronto se distanció de las posiciones políticas familiares para afiliarse al Partido Comunista, al “Partido” por excelencia de aquellos años. Fue fichada por la temida Brigada Político Social, detenida y apaleada, 
asaltada en más de una ocasión, como sucedió a muchas de sus compañeras y compañeros.

Cuando, muerto Franco, Santiago Carrillo empezó a venir a España, aún en la clandestinidad, la fichó como asistente y secretaria. Ella fue quien compró la famosa peluca con la que Santiago se paseó por Madrid y con la que fue detenido. Ella fue quien conducía el coche del equipo de la televisión francesa que entrevistó a Carrillo, todavía clandestino y que forzó su detención. Viajó a lugares y conoció a personas de primer nivel político. Su formación política e intelectual, su inteligencia y discreción eran, como poco, iguales a la de cualquiera de sus pares masculinos que enseguida fueron situándose en puestos privilegiados de la política nacional.

De aquella generación que luchó en pie de igualdad –ellas y ellos- en la universidad, en las fábricas y en los barrios, la mayoría de ellos encontró acomodo en las nuevas estructuras políticas que se fueron construyendo con el asentamiento del sistema democrático. Ellas lo tuvieron mucho más difícil y, en el mejor de los casos, pasaron a engrosar la segunda fila de los partidos, esas a quienes se encomiendan las tareas duras de gestión, aquellas que ocupaban los puestos de relleno en las candidaturas electorales.

Belén se mantuvo siempre próxima al dirigente comunista, mientras fue secretario general del PCE y cuando dejó de serlo. No son frecuentes lealtades como la de Belén ni en la política ni fuera de ella. Cuando Santiago Carrillo pasó a ser un ciudadano sin representación política y, en consecuencia, dejó de precisar –y de poder permitirse- una secretaria Belén siguió ejerciendo las mismas funciones pero hubo de buscarse trabajos con los que mantenerse. Ha trabajado en diversas organizaciones de mujeres, de organización ciudadana. Su último empleo fue como asesora en el Ministerio de Asuntos Exteriores.
Hace dos años le diagnosticaron un cáncer. Luchó contra la enfermedad con la determinación que la caracterizaba pero, por encima de su salud, le preocupaban “sus” mayores: su madre y Santiago. Su madre murió hace unos meses; Santiago, el 18 de septiembre. Ayer, murió ella.

Belén era mi amiga y no es fácil hablar de los amigos en pasado. La conocí a través de otra amiga también desaparecida, también dedicada vitalmente a la política, Nani D’aolio. Colaboramos en organizaciones feministas, trabajamos tanto fuera de nuestro horario laboral que me pregunto de dónde sacábamos el tiempo y la energía. Disfrutamos juntas y yo aprendí mucho.

Cuando Santiago Carrillo cobró una parte de sus derechos de autor por la publicación de sus memorias nos invitó a las amigas de Belén a cenar en la cúpula del Palace. Naturalmente, aprovechamos para hacerle la infinidad de preguntas que se nos ocurrieron y quizá le atosigamos en demasía, aunque él parecía divertirse con nosotras. ¿Por qué elegiste a Belén?, le pregunté yo. Porque era una persona fuera de sospecha, la policía no prestaría atención a una burguesita de familia conservadora…, respondió. Estoy segura de que Santiago estimaba en mucho la valía personal de su colaboradora pero me pareció que la respuesta no le hacía justicia. ¿Me hubieras respondido lo mismo si te hubiera preguntado por Enrique Curiel o de él se te hubieran ocurrido más méritos personales?, le insistí. Carrillo se rió. Qué peligro tenéis las feministas, dijo. Asistir a los actos en los que él participaba se nos convirtió en un hábito y él solía bromear con nosotras.

Belén podía darte un bufido pero, a poco que rascaras, descubrías a una persona tierna, afectuosa y de una generosidad ilimitada. Cuando Nani enfermó ella se encargó de organizar a los amigos de manera que siempre hubiera alguien acompañándola, reservándose para sí misma los horarios más complicados.


En 2008, organizó la visita de un grupo de mujeres a Israel y los territorios ocupados. Era un viaje complicado y complejo en el que mujeres de distintas organizaciones españolas, entre las que me encontraba, debíamos contactar y establecer vínculos de colaboración con parlamentarios y políticos israelíes y palestinos y con organizaciones de mujeres judías y palestinas. Todo ello discretamente, sin perder el carácter semioficial ni el compromiso político y de género. Ninguna de quienes participamos en aquella visita podremos olvidarla. Sobre el terreno tuvimos que sortear dificultades sin cuento y si el programa resultó bien mucho del mérito fue por la capacidad de negociación y la habilidad de Belén. 

Ella es un símbolo de lo mucho que lucharon las mujeres y de lo poco que se les ha compensado, de lo difícil que es para las mujeres conjugar lo personal y lo político. Belén vivió la política en primera persona. Dio más que recibió. Quiso y fue querida. Fue inteligente, valiente y honesta. Mujeres como ella nos hacen mejores a todos.
Belén Piniés en el Parlamento de Israel
 Hoy es un día triste para quienes queríamos a Belén pero no sólo para nosotros. Son demasiadas pérdidas. Mientras los teléfonos suenan insistentemente para confirmar la triste noticia, mientras las redes sociales repiten como un eco su nombre, yo tengo la percepción de que estamos ante el final de un tiempo. Aquel en el que mujeres y hombres dedicaban su vida a la política, convencidos de su capacidad de cambiar el mundo. Aquel en el que mujeres y hombres entregaban tiempo y energía sin esperar ni pedir nada a cambio. Aquel en que, efectivamente, estábamos construyendo un mundo más justo que el de nuestros padres.

Un amigo ha dejado escrito en twiter: “Me avisan del fallecimiento de Belén Piniés y no se me ocurre nada que pudiera haberla hecho más buena”.

A mí tampoco.

19 comentarios:

  1. No me cabe duda alguna de la valía de esta mujer, como tantas otras a las que no he tenido la suerte de conocer, ni tan siquiera de oídas, porque bien poco se sabe de aquellas que se lo jugaron todo y nunca sacaron el boleto que incluía un lugar bajo el sol.

    De un tiempo a esta parte, me duele comprobar como mi generación es la que ha dejado que el campo recién arado se conviertiera en erial, y probablemente porque nosotras no hemos estado a la altura, mucho más preocupadas en disfrutar los logros de otras.

    Un fuerte abrazo, hay pérdidas que duelen siempre.

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    1. Las mujeres siempre hemos tenido que pelear más incluso para conseguir lo obvio. Por eso, cuando se da un paso atrás todas -y todos- perdemos más porque hay que volver a empezar.
      Sí, hay pérdidas que dejan un hueco inolvidable

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  2. Si Carrillo y Belén pudieran encontrarse ahora en algún lugar...espero que él pueda compensar tanta falta de reconocimiento público.

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    1. La falta de reconocimiento, la desatención de los méritos, el desaprovechamiento ya no tiene vuelta atrás. Que al menos no se olvide la razón por la que ella luchó.

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  3. Aprendi de ti Belen, a través de los años, la discrepción, el coraje y el trabajo en silencio.
    Aprendi de ti a no quejarme, a mirar de forma diferente, a saludar con la mirada a responder con la mirada.
    Cuidabas de Santiago y de todos nosotros, tus amigos.
    hable contigo el domingo 14, parecias tan entera, tan contenta al teléfono.........parecia que la vida y el sol de otoño te daba una tregua. Al final.......tu silencio es mi alimento. Que gran arquitecto del universo disfrute ahora de tu mirada. Un beso

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    1. Todos aprendimos de ella. Siempre estaba en los momentos de dificultad.

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  4. ... era mi tía... cómo se parece a mi extinto abuelo, Vicente de Piniés, ideologías diferentes, pero la misma manera de actuar Descansa en paz Belén! Y dales recuerdos al Carri y al abuelo!

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    1. Si hay un principio de justicia universal, tendrá la paz que tanto se merece

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  6. Ahora admiro a esta mujer de forma póstuma, con lo cual mi admiración no sirve para nada. Admito que no conocía su biografía. Ahora le tengo envidia.

    (Lo del viaje a Israel huele a novela. Da detalles. Si esto fuera Twitter ahora tocaría poner: #pedazodeviaje #seguro #envidiasiento #ay).

    Descanse en paz.

    Un abrazo fuerte.

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    1. La admiración no sirve nunca para nada, ni en vida ni más allá. Pero las jóvenes como tú aún están a tiempo de terminar la tarea que empezaron mujeres como Belén.
      El viaje a Israel da para más de una novela. Y sí, fue #pedazodeviaje, #mentirameparece, #estonolohesoñado. Y sobre todo, #ay. Mucho ay. Espero haber aprendido algo y haber sido útil.

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  7. Mi relación con Belén estuvo siempre motivada por actividades de partido, cuando Santiago venía a Sevilla o cuando nosotros íbamos a Madrid. Pero también en ese ámbito, poco propicio para conversación tranquila y relajada (menos aún en los últimos años que nos tocó vivir dentro del PCE), pude conocer la parte dulce, amable y cariñosa de su carácter, que conjugaba perfectamente con la firmeza y rotundidad cuando el caso lo requería, especialmente si se trataba de algo que pudiese perjudicar al "patrón". Una mujer entrañable. Estuve con ella el 20 de septiembre, en el auditorio, despidiendo a Santiago, antes de ir a la Almudena. Allí estaba, activa, saludando a todos con cariño. Nada hacía presagiar, aún con su enfermedad, un final tan inmediato y sorpresivo. Cuando me lo comunicó Jorge Carrillo en un mensaje le respondí que me había sacudido un estremecimiento de pena, y no exageraba. Un viejo camarada de aquí, organizador del partido en el interior desde los años 60 y, por tanto, amigo de Belén desde los inicios de su relación con Santiago, la llamó cuando falleció este y durante la conversación le dijo Belén: "Si vais a hacer algo para Santiago, hacerlo pronto, tengo ganas de ir a Sevilla". No pudo ser. Y si, ya estamos organizando un acto, pero será para Santiago y para Belén, porque ambos estarán siempre en nuestro pensamiento y en nuestros corazones. Un fuerte abrazo.

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    1. Tengo para mí como un privilegio haberla conocido y observo que ese es un sentimiento muy compartido.

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    2. Hola de nuevo. Necesito comentarle algo relacionado con lo que escribí en mi comentario del 20 de octubre sobre Belén. Si no tiene inconveniente, deme una dirección de correo a través de esta mía: pbarraganp@gmail.com Gracias. Buenas noches.

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  8. El dia en que ingresé en la Facultad de Derecho,Octubre 71,me recibió una gigantesca pintada en la fachada principal :"LIBERTAD PARA BELÉN PINIÉS Y ENRIQUE CURIEL.PCE." Eran de los "imprescindibles"...me retuerce el corazón tan temprana partida que se suma a tantas...era una chica inteligente,firme y leal,Santiago no pudo elegir mejor.
    Jose Luis Dopico.

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    1. Santiago fue muy afortunado de contar con una colaboradora como Belén. Sus amigos, también.

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  9. La capullez progre siempre emerge, incesante

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    1. La capullez siempre emerge, incesante y evidente. No hay más que verlo.

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  10. Pobre Belén. Sólo una corrección, de burguesía ilustrada nada, nobleza aragonesa arraigada. Un saludo.

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